La forma en que se nos representa la problemática migratoria conforma un nivel de hipocresia política y social considerable, escribe Madeline Román
La forma en que se nos representa la problemática migratoria conforma un nivel de hipocresia política y social considerable, escribe Madeline Román
Vivimos en una época proclive a la producción de toda suerte de chivos expiatorios. Esto es, sectores en los cuales depositamos el peso de la conflictividad social contemporánea. Para el sociólogo polaco, Zygmunt Bauman, se trata de un tiempo en que, cualquier situación puede desatar un chorro de miedo y de odio acumulados. En este sentido, la estrategia de Donald Trump, de convertir la problemática migratoria en un tema central de su campaña electoral es una forma de capitalizar, al tiempo que de condensar, todo ese miedo y odio en la figura del extraño, del refugiado, del inmigrante. Que Trump sea capaz de hacer eso no es lo crucial. Lo crucial es ¿por qué éste encuentra una audiencia tan receptiva a esos propósitos?
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