La estatua del conquistador español en el piso sugiere contundentemente que la historia tiene que contarse desde otro lente, escribe Rubén Bonilla Ramos
La estatua del conquistador español en el piso sugiere contundentemente que la historia tiene que contarse desde otro lente, escribe Rubén Bonilla Ramos
El lunes amaneció en el piso la estatua de Juan Ponce de León, colonizador del imperio español para los tiempos de cuando las culturas “avanzadas” se encargaban de (intentar) establecer una manera absoluta de entender el mundo. Debemos dejar muy claro que los colonizadores no merecen misericordia de ninguna de las personas que viven en países que fueron saqueados, que se les borraron sus culturas, que se les mataron a sus habitantes, que se les despilfarraron sus riquezas y que se les explotaron sus recursos naturales. Recurrir a la justificación del evento más fundamentalmente atroz de la historia es un ejercicio de autoflagelación, porque se atenta contra sí mismo.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: