La insistencia institucional de obedecer a los muertos como fuente para la legitimidad de nuestro ordenamiento legal contemporáneo también ha de provocar sospecha, escribe José Molinelli González
La insistencia institucional de obedecer a los muertos como fuente para la legitimidad de nuestro ordenamiento legal contemporáneo también ha de provocar sospecha, escribe José Molinelli González
En La Iliada se habla de Sísifo, rey de Corinto, que en su vejez postergó su muerte al subyugar a Tánatos con sus propias cadenas y mantenerlo de rehén. El rapto de Tánatos supuso la inoperancia de la muerte, llevando a que los muertos se deshicieran de sus cadenas, y que los vivos viajaran al inframundo a rescatarlos. Curiosamente, ocurrió que los gobernantes se sumaron a la travesía al inframundo, buscando rescatar a los fundadores de sus ciudades.
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