No es cuestión de cogerles pena a los confinados no videntes, sino de exigir del gobierno que todas sus necesidades sean buenamente atendidas, plantea Hiram Sánchez Martínez
No es cuestión de cogerles pena a los confinados no videntes, sino de exigir del gobierno que todas sus necesidades sean buenamente atendidas, plantea Hiram Sánchez Martínez
Desde ayer se comenzó a discutir si el hecho de que el exrepresentante Néstor Alonso sea una persona no vidente debe ser tomado en cuenta por el tribunal federal al momento de dictarle sentencia en los nueve cargos de corrupción de los que fue declarado culpable unánimemente por un jurado. Y, en un programa al que asistí, dos buenos abogados, conocedores de cómo son las cosas por allá, afirmaron que los jueces federales están obligados a tomar en cuenta la discapacidad del acusado, en este caso, su ceguera antes de decidir la sentencia que le impondrían dentro de los parámetros —mínimos y máximos— dispuestos por el Código Penal de Estados Unidos para esos delitos.
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