Las escuelas deben servir para el desarrollo de la niñez, no llenarse de policías para iniciar procesos criminales como si fueran personas adultas, plantea Athelyn Jiménez Emmanuelli
Las escuelas deben servir para el desarrollo de la niñez, no llenarse de policías para iniciar procesos criminales como si fueran personas adultas, plantea Athelyn Jiménez Emmanuelli
Imaginemos: varios niños entre 6 a 8 años participan en una pelea en su escuela. Se activa el protocolo escolar, quedando citados los padres para otro día. Al llegar, se encuentran con un policía esperándoles. Se pone en alto el proceso administrativo de la escuela. La Policía, como si se tratara de un incidente entre adultos, procede a hacer una lectura de las Advertencias Miranda a los niños señalados como agresores. Se citan al cuartel de la Policía, nuevamente se leen advertencias, se pide que pongan sus nombres e iniciales. “¿Qué significa iniciales?”, pregunta alguno. Otros habrán preguntado por qué están allí, o qué es un abogado, y seguramente todos sentían miedo, y ninguno entendió nada: ni agresores ni agredidos. Con esta terrible escena se topa más de un niño o niña a diario en las escuelas de nuestro país.
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