

“No hay manera que tanta energía, ternura y dedicación desaparezca. Solo se transforma en otra forma de vida-energía”. Con ese pensamiento esclarecedor y profundo el amigo Carlos Ramos González me consuela. Intentaba así explicar esa transición enorme de la muerte física a la vida espiritual. El tamaño de un legado personal que se transforma y convierte en inspiración para subyugar la invitación cotidiana a darse por vencido. Mi padre nunca lo hizo. Siempre combatió con mucha dignidad y constancia en favor de un Puerto Rico que se imaginó libre. Fue en el sentido martiano “esclavo de sus ideas” y desde ahí nos regaló muchas enseñanzas desde el ejemplo. Defendió el derecho y la capacidad de Puerto Rico a gobernarse a sí mismo hasta que no pudo más.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: