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Una persona sale de su trabajo camino a su hogar y experimenta lo siguiente: cae en una infinidad de hoyos en la carretera que le tienen fastidiado su auto, agarra un interminable tapón por mejoras a una carretera que nunca terminan, le pasan por el lado ambulancias y policías, sonando sirenas, debido a un tiroteo de carro a carro que acaba de ocurrir a plena luz de la tarde. Para calmarse, va saltando de una estación radial a otra escuchando programas de análisis político donde predomina el tono prepotente y sabelotodo de sus anfitriones. Y así, angustiada, con el corazón en la garganta, llega a su casa, sintoniza en el televisor el noticiario de la tarde y ve que los primeros 20 minutos están dedicados a la violencia. Se muestran fotos crudas de cadáveres, entrevistas desgarradoras a familiares de las víctimas del crimen y se pasa a una transmisión en vivo del tiroteo cercano a la carretera por donde transitaba antes de llegar a su casa.
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