Seamos honestos. De una y por todas descartemos las patrañas semánticas y admitamos—vergonzosamente— que lo que de verdad decimos con toda esa verborrea es que ‘sin los billetes washingtonianos, no valemos’, escribe Eudaldo Báez-Galib
Seamos honestos. De una y por todas descartemos las patrañas semánticas y admitamos—vergonzosamente— que lo que de verdad decimos con toda esa verborrea es que ‘sin los billetes washingtonianos, no valemos’, escribe Eudaldo Báez-Galib
Para un pueblo ejercer su derecho a la autodeterminación es imprescindible que se autoestime. Pero los puertorriqueños hemos menospreciado nuestra capacidad. Vivir con la mano extendida por siglos aparenta haber esculpido en nuestra genética social que la dependencia es una forma cómoda de existir y de buena gobernanza.
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