La parábola de la chancleta es sencilla: siembra chancletas y cosecharás chancletones. El proceso impulsado por Pierluisi (32%) degrada cualquier noción de solvencia democrática, de acuerdo con Víctor García San Inocencio
La parábola de la chancleta es sencilla: siembra chancletas y cosecharás chancletones. El proceso impulsado por Pierluisi (32%) degrada cualquier noción de solvencia democrática, de acuerdo con Víctor García San Inocencio
Quizás a la mayoría de las personas les encantan las chancletas, pero solo las calzan mientras están en la intimidad de la casa, o las sacan a pasear cuando van de playa. Son cómodas y convenientes en esos contextos. En otros lugares, sin embargo, no lucen bien, quizás porque distinto a lo que ocurre con las manos, acaso se piense que los pies hacen parecernos más a criaturas que algunos piensan que son primitivas. Por algo hablan por ahí de que cuando algo se ha hecho mal, “se hizo con los pies”.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: