Se ha demostrado que la pena capital no sirve ni para combatir el crimen, ni para disuadir de perpetrar crímenes futuros, escribe Kevin Rivera Medina
Se ha demostrado que la pena capital no sirve ni para combatir el crimen, ni para disuadir de perpetrar crímenes futuros, escribe Kevin Rivera Medina
Cuán difícil se me hace escribir hoy sobre la barbaridad de la pena de muerte, cuando Gaza y sus cercanías geográficas sufren de la violencia, que ha costado centenares de vidas y el sufrimiento de miles de familias, o mientras el hermano pueblo caribeño de Haití se enfrenta a la posibilidad de una invasión militar para lidiar con la crisis humanitaria y de ingobernabilidad. Pero, tengo la responsabilidad este 10 de octubre de visibilizar el Día Mundial contra la Pena de Muerte, un camino pavimentado de tortura.
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