‘Picando adelante’ versa sobre la ferretería de las ilusiones a la que acudimos para salvar -al decir de Manuel Ramos Otero- esa casa que ‘quema su corazón contento’, escribe Cezanne Cardona Morales
‘Picando adelante’ versa sobre la ferretería de las ilusiones a la que acudimos para salvar -al decir de Manuel Ramos Otero- esa casa que ‘quema su corazón contento’, escribe Cezanne Cardona Morales
No todos los días uno va al cine a ver el interior de la nariz de René Monclova. Y aunque la escena apenas dura dos segundos -la cámara hace zoom por debajo de un frasco transparente-, la imagen resulta justa y necesaria; la contundente evidencia de un director -Israel Lugo- comprometido hasta los huesos por contar una buena historia. Porque lo que huele Elegido -el personaje que interpreta el genial René Monclova- no es solo la picadura de marihuana que su hija Marisol le entregó en un frasco de cristal, sino el producto con el que una familia venida a menos pretende salvar su casa de una ejecución bancaria. No es casualidad tampoco que la primera toma de “Picando alante” sea un detalle, o más bien dos: los pies de Marisol caminando por los pasillos de la Facultad de Derecho del Recinto de Río Piedras. Esos pasos que sortean la losa gris-cremita de la Facultad sientan la tónica del camino picado que va de la casa de estudios (la universidad) a la casa natal (la parcela) y, además, nos lanza una pregunta contundente: ¿Puede aún la Universidad de Puerto Rico salvar la casa que nos vio crecer?
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