Pío, pío, píoPara mí no hay nada más heroico que mi madre escuchando a los presos de Libertad Bajo Palabra y Probatoria en el Tribunal de Bayamón, ni que mi suegro luchando contra las aseguradoras, de frente y sin balas, para poder recibir sus quimioterapias, escribe Cezanne Cardona Morales
De una masacre no se puede decir nada inteligente, excepto lo que dicen los pájaros. Eso declara uno de los personajes de aquella célebre novela de Kurt Vonnegut, quien precisamente sobrevivió al bombardeo de Dresde en la Segunda Guerra Mundial. La novela tardó en cuajar casi veinte años porque todo lo que Vonnegut intentaba era demasiado inteligente; le faltaba distancia, humor, contradicción, duda, fracaso y, sobre todo, ese graznido: “Y qué dicen lo pájaros: lo único que puede decirse de una masacre: ¿pío, pío, pío?”
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