Para Puerto Rico parece ser que los acuerdos del reajuste de esta deuda odiosa no eliminarán la incertidumbre. Más bien, esas negociaciones evidencian que somos rehenes de los intereses económicos, escribe María Teresa Alicea Pierantoni
Para Puerto Rico parece ser que los acuerdos del reajuste de esta deuda odiosa no eliminarán la incertidumbre. Más bien, esas negociaciones evidencian que somos rehenes de los intereses económicos, escribe María Teresa Alicea Pierantoni
El pasado primero de diciembre, de forma previsible, la jueza Laura Taylor Swain concedió una prórroga a la Junta de Control Fiscal (JCF) para presentar el Plan de Ajuste de la Deuda (PAD) de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). La solicitud presentada por la JCF fue concedida luego de que los tres jueces que componen el equipo de mediación de la jueza Taylor Swain: Robert Drain, Brendan L. Shannon y Shelley C. Chapman, avalaran la misma. Según estos, “a regañadientes”, consideraron que era conveniente prorrogar el término para la presentación del PAD por resultar más “conductivo”. La jueza Swain adoptó la recomendación de su equipo y concedió hasta el 8 de diciembre próximo, advirtiendo que el PAD debería ser “algo que la Junta crea en buena fe que deba ayudarnos a movernos a la aprobación de un acuerdo”. Si integramos ese principio a las negociaciones, el resultado debería ser uno justo y equilibrado.
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