No estaría mal que nuestro caso de quiebra produjera lecciones útiles para otros gobiernos que podrían cometer los mismos errores que nos han llevado a la profunda crisis en la que estamos desde hace una década, escribe Juan Lara
No estaría mal que nuestro caso de quiebra produjera lecciones útiles para otros gobiernos que podrían cometer los mismos errores que nos han llevado a la profunda crisis en la que estamos desde hace una década, escribe Juan Lara
Desde antes de que se aprobara la ley Promesa y se creara la Junta de Supervisión Fiscal, se comentaba que la quiebra del gobierno de Puerto Rico y varias de sus corporaciones públicas era de tal magnitud que podría tener consecuencias a largo plazo para el mercado de bonos municipales de Estados Unidos. La preocupación no era que la crisis de deuda de Puerto Rico pudiera desencadenar una crisis generalizada en el mercado de bonos municipales—lo cual era y sigue siendo poco probable—, sino que pudiera afectar la forma en la que el mercado calibra los riesgos y se protege de ellos, y la forma en que las autoridades establecen controles para proteger a los inversionistas y a la sociedad en general.
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