Donde la ley no limita el poder, los intereses individuales y las acciones poco virtuosas se entronizan, escribe Luis Zambrana
Donde la ley no limita el poder, los intereses individuales y las acciones poco virtuosas se entronizan, escribe Luis Zambrana
Constatar los riesgos de la democracia hunde sus raíces en la misma filosofía griega. Platón fue extremadamente severo al definirla como un gobierno popular basado en la ignorancia y en el placer inmediato; terreno fértil para sofistas y demagogos. La percepción también es anecdótica, ya que fue una asamblea democrática la que injustamente condenó mortalmente a Sócrates. Para Aristóteles, en cambio, la estabilidad del régimen político debe sintetizar la democracia, que denomina gobierno de la mayoría pobre, con la oligarquía, que apunta al gobierno de una minoría rica. Esta mezcla impediría que prevalezcan fratricidamente los intereses particulares de cada grupo y posibilita una clase media virtuosa que obre según el interés general articulado mediante la ley.
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