La inversión que hicimos para educar a nuestros jóvenes profesionales hoy es disfrutada por los habitantes en los estados del norte, escribe Orlando Parga
La inversión que hicimos para educar a nuestros jóvenes profesionales hoy es disfrutada por los habitantes en los estados del norte, escribe Orlando Parga
“El que se fue no hace falta, hace falta el que vendrá, en el juego de la vida unos vienen y otros van; te fuiste por cuenta tuya, buscando ambiente mejor, hoy tú estás arrepentido, pues tu puesto se ocupó”. Hay diversa manera para interpretar la clásica canción de Tito Rodríguez, pero ninguna aplica a la cruda realidad que finalmente el censo calcula; que en el curso de 20 años Puerto Rico perdió una quinta parte de su población. Que 700,000 de nuestros habitantes se relocalizaron en otras jurisdicciones continentales de Estados Unidos y que el golpe dio más fuerte porque se nos fueron los jóvenes más diestros y productivos, mientras acá, entre los que se quedaron, cada vez son más los de menor preparación técnica o profesional, junto a los que ya consumaron su etapa laboral.
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