

La escultura de Don Ricardo Alegría Gallardo, develada en 2005, tenía en su mano extendida la representación del Viejo San Juan en miniatura. Alguien se la arrancó, por lo que solo queda su mano vacía. Así nos sentimos la gran mayoría de los que amamos a Puerto Rico ante la obsesión de los gobiernos asimilistas de eliminar al Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP). No queda duda de que se trata de un golpe bajo de aquellos que solo interesan la anexión a Estados Unidos, los que quieren eliminar lo poco que todavía nos unifica, como nuestra cultura e idioma español. Es la estrategia de ir borrando, a veces disimuladamente y a veces de golpe y porrazo, nuestra identidad nacional. Resulta tan obvio y doloroso que promuevan semejante desmantelamiento (que les estamos permitiendo). Pero está claramente justificado en esas cabezas colonizadas.
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