No podemos adoptar modelos energéticos que pongan en riesgo la seguridad, la salud y la vida de miles de personas ni atentar contra la seguridad alimentaria, escribe Adriana Sánchez
No podemos adoptar modelos energéticos que pongan en riesgo la seguridad, la salud y la vida de miles de personas ni atentar contra la seguridad alimentaria, escribe Adriana Sánchez
Para quienes nos despertamos todos los días en Puerto Rico, es innegable que vivimos en una isla tropical que enfrenta cada vez más las realidades climáticas y geográficas. La planificación de nuestro paisaje de una manera que no reconoce nuestra realidad climática crea vulnerabilidad y falta de seguridad en la población. Un ejemplo de ello, son las inundaciones que están sufriendo las comunidades de Coquí y San Felipe, en Guayama, desde que se establecieron cerca proyectos industriales de placas solares.
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