El problema de solo ver el gasto gubernamental desde un punto de vista numérico o teórico, además de ser deshumanizante, es que se ignoran los factores que contribuyen al desarrollo económico y social del país, escribe Paul Figueroa
El problema de solo ver el gasto gubernamental desde un punto de vista numérico o teórico, además de ser deshumanizante, es que se ignoran los factores que contribuyen al desarrollo económico y social del país, escribe Paul Figueroa
Cualquiera que lea los censos poblacionales e informes demográficos de Puerto Rico durante la época de la colonización española, vería que, en vez de cuantificar a personas o habitantes, estos documentos cuantifican almas. Es decir, que en el año 1800, en Puerto Rico no vivían 155,426 personas sino 155,426 almas. Esa pequeña diferencia semántica se debe a que era la iglesia la entidad encargada de mantener esos registros. Pienso que no sería un mal ejercicio volver a esa práctica de cuantificar las almas puertorriqueñas cuando se trata de pensar en cómo vamos a solucionar los asuntos que más agobian al país. Las acciones del gobierno y los recortes de la Junta de Control Fiscal no se deben cuantificar en una menor inversión por habitante, sino en una menor inversión por alma. Cuando se trata específicamente de la Universidad de Puerto Rico, la institución que más ha contribuido al desarrollo humano de nuestro país, los últimos recortes de aproximadamente $100,000,000 representan un golpe, no solo a un sector demográfico de jóvenes habitantes, sino de almas que están en pleno desarrollo. ¿Cuánto vale el alma de tu hijo o hija? ¿Cuánto vale el alma de tu país?
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