Las enmiendas electorales sugeridas podrían representar la única oportunidad de los partidos tradicionales para retomar vigencia programática y su sostén social, de acuerdo con Gerardo Navas Dávila
Las enmiendas electorales sugeridas podrían representar la única oportunidad de los partidos tradicionales para retomar vigencia programática y su sostén social, de acuerdo con Gerardo Navas Dávila
En la edición de El Nuevo Día del 16 de febrero, el exgobernador Aníbal Acevedo Vilá advierte sobre el problema que el gobierno de funcionarios electos por una minoría del electorado representa para la democracia. Asocia el problema, causal y correctamente, con el sistema electoral que, como el nuestro, da el triunfo al que obtiene el mayor número de votos, aunque este sea una minoría del electorado, conocido como de minorías simples. Acevedo Vilá está correcto al proponer que el sistema que brinda en la misma papeleta y votación dos encasillados u “opciones”, para que el elector exprese su primera y segunda preferencia para el candidato al puesto electivo (o para cualquier otro asunto importante, como una elección de estatus en un país dividido) es un mecanismo electoral más costo-efectivo que la segunda vuelta, que previamente proponía para resolver el mismo problema. En ello el exgobernador tiene absoluta razón, y resulta oportuno en su mensaje.
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