Es momento de exigir que la democracia puertorriqueña retome las virtudes que distinguen y destacan a este tipo de gobierno en el que el pueblo es el soberano, plantea María Teresa Alicea Pierantoni
Es momento de exigir que la democracia puertorriqueña retome las virtudes que distinguen y destacan a este tipo de gobierno en el que el pueblo es el soberano, plantea María Teresa Alicea Pierantoni
Durante una ceremonia fúnebre para honrar a los soldados caídos en las Guerras del Peloponeso, Pericles exaltaba los méritos de la democracia. Destacaba, o más bien, se vanagloriaba de la gesta ateniense de haber alcanzado un gobierno para el pueblo y por el pueblo. Decía Pericles que no había un gobierno comparable al que se ejercía en Atenas. Los pilares de dicho gobierno eran la igualdad, la mayoría y el sistema de mérito. Pericles reconocía que los logros de la ciudad habían sido posibles por los sacrificios de los ciudadanos que lo antecedieron. A la misma vez le recordaba a la generación a la cual se dirigía, la obligación de estos de dar continuidad a dicha gesta.
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