¿Qué pasa cuando ya no somos personas, sino objetos? ¿Qué sucede con que solo una dimensión, la sexual, es la única que se toma en cuenta?, pregunta Kristine Drowne
¿Qué pasa cuando ya no somos personas, sino objetos? ¿Qué sucede con que solo una dimensión, la sexual, es la única que se toma en cuenta?, pregunta Kristine Drowne
La calle y ahora las redes sociales se han convertido para las mujeres en una especie de vitrina en donde estamos expuestas no tan solo al escrutinio de nuestra imagen, sino también a nuestra inminente sexualización y valoración. Si el acoso callejero nos representaba un problema, imagínese una red social que, sea tu perfil público o no, se presta para que cualquier persona te envíe un comentario o un mensaje.
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