El estilo de insensatez y fanfarronería que se ha apoderado del debate y acción pública nada bueno produce ni ningún valor añadido genera, escribe Carlos Díaz Olivo
El estilo de insensatez y fanfarronería que se ha apoderado del debate y acción pública nada bueno produce ni ningún valor añadido genera, escribe Carlos Díaz Olivo
El rechazo reciente por la Cámara de Representantes a la confirmación de Larry Seilhamer como secretario de Estado provocó consternación generalizada en Puerto Rico. Una persona seria y capacitada fue impedida de servir al pueblo debido a los caprichos y arbitrariedades de la política partidista. Algunas personas, sin embargo, aplauden lo ocurrido y plantean que así son las cosas en la política y siempre lo serán. Según este raciocinio cínico, el que tiene el poder lo utiliza a su propia conveniencia y las cosas son como son.
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