El estudiante Yannielle Ramos declara que parece que en Puerto Rico, antes del huracán María, teníamos la mente cubierta con techos mentales de enajenación, de quietismo, de antipatía, de conformismo.
El estudiante Yannielle Ramos declara que parece que en Puerto Rico, antes del huracán María, teníamos la mente cubierta con techos mentales de enajenación, de quietismo, de antipatía, de conformismo.
Visitar un museo de antigüedades es un deleite. Durante los pasados días, he estado pensado en mi visita a algunos museos. Si hay algo que es difícil de comprender, pero digno de admirar, es como nuestros ancestros lograron sobrevivir y habitar un tiempo de poca o ninguna tecnología. Las canoas, lo utensilios y las armas son buenos ejemplos de aquellos artefactos que tanto atesoramos como pieza clave de nuestra historia e identidad. Las casas, fueron a su vez, un avance importante. Desde aquellos tiempos antiguos, nuestros ancestros, se refugiaban en cavernas o tiendas improvisadas, que fabricaban con diferentes textiles. Ello, todo responde a la necesidad innata de protección, privacidad y seguridad. Los techos fungen como un agente protagónico en el desarrollo de nuestras culturas y nuestras civilizaciones.
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