La película le sirvió a Tommy Muñiz para practicar la paciencia, sumamente necesaria en el mundo del cine, escribe Flavia García
La película le sirvió a Tommy Muñiz para practicar la paciencia, sumamente necesaria en el mundo del cine, escribe Flavia García
El día que Jacobo Morales fue a la oficina a hablarle de la película Lo que le pasó a Santiago, don Tommy sintió una alegría inmensa junto al temor de no poder cumplir con las expectativas de su amigo. Había actuado en otras dos películas, pero en ninguna de ellas era el protagonista. Con el conocimiento que tenían Jacobo y su hijo Pedro Muñiz de las largas horas de trabajo que le esperaban, lo convencieron de que lo ideal era que comprara o alquilara un “motor home” donde pudiera vestirse, ensayar sus líneas, tomar sus alimentos, descansar entre escena y escena, así como recibir la visita de sus hijos y nietos.
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