La caída del muro sigue dividiendo y es desde esa división que Europa debe forjar un nuevo diálogo que siente a todos a la mesa y confronte los errores de los pasados 30 años, argumenta Zayra Badillo Castro
La caída del muro sigue dividiendo y es desde esa división que Europa debe forjar un nuevo diálogo que siente a todos a la mesa y confronte los errores de los pasados 30 años, argumenta Zayra Badillo Castro
Catalin escribía todas sus cartas en maquinilla, una Smith Corona que le dejó el vecino antes de que en 1994 buscara pasaporte alemán y dejara atrás Rumanía por una vida de lujos y lujuria en la versión agrandada de la República Federal de Alemania. Johannes pertenecía a una de las minorías más importantes en Bucarest, donde sus padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos habían forjado sus ilusiones y sus vidas con lengua germánica. Pero ahora, en este momento político, la madre patria, la Alemania reunificada, los llamaba de vuelta (aunque con varios siglos de retraso)
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