A raíz del reciente debate presidencial, regresan las batallas a través de las redes sociales en torno al asunto de la prepotencia machista a través del pisoteo en su vertiente oral, un escenario bastante familiar en nuestras vidas. Me refiero específicamente a los intentos del candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, de aplacar la voz de la candidata demócrata Hillary Clinton por medio de tácticas burdas de interrupción y prepotencia.
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