Ese es el mundo sin humanidades. El mundo de los que repiten, que dicen sin pensar, que promueven el odio, la discriminación y la exclusión, escribe Francisco J. Concepción
Ese es el mundo sin humanidades. El mundo de los que repiten, que dicen sin pensar, que promueven el odio, la discriminación y la exclusión, escribe Francisco J. Concepción
La noticia de que menos del uno por ciento de nuestros estudiantes aspiran a estudiar humanidades en la universidad es una mala señal para el futuro de nuestro país. En relación con la educación universitaria se ha impuesto la idea de que se trata de una preparación técnica para obtener empleos. Se dice que hay que fijarse en las necesidades de los patronos para preparar a los estudiantes para el mundo del trabajo. Se dice que los estudiantes quieren terminar lo más rápido posible. Se dice que los estudiantes no quieren tomar cursos que no les sirven para nada. Entonces se impone la ideología de la eficiencia y la utilidad. Esa ideología se ha impuesto antes en la historia humana y los resultados no han sido muy halagadores.
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