Una confesión de asesinato que no debió ser aceptadaEsa confesión debió excluirse… Los tribunales no deben condonar investigaciones policíacas torpes y deficientes en detrimento de derechos constitucionales fundamentales, escribe Hiram Sánchez Martínez
Algo que hace enfadar a la gente son los tecnicismos en los tribunales que facilitan el que una persona responsable de un crimen salga limpio de polvo y paja a pesar de que pudiera ser culpable. Sin embargo, el hacer valer un derecho constitucional de esencial importancia en un proceso penal, lejos de ser repudiado como tecnicismo debe ser considerado como acto de civismo, ya que contribuye al ordenado funcionamiento de nuestra sociedad. La obtención de la confesión de un crimen es un objetivo válido y un mecanismo conveniente de la investigación criminal, siempre y cuando se rija por las reglas de juego limpio y justeza que hemos diseñado como país. El reportaje del experimentado periodista de este diario, Benjamín Torres Gotay —sobre un menor de 15 años acusado de parricidio—, denuncia lo que pudiera ser una grave injusticia que hay que criticar y rectificar. (Y, encima, al menor lo están juzgando como adulto).
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