Quiero pensar que Trump nunca imaginó que todo el odio y desprecio que destiló en 1989 le fueran devueltos en un mensaje razonado, justo —de cierta compasiva solidaridad— e inteligente, escribe Julio E. Fontanet Maldonado
Quiero pensar que Trump nunca imaginó que todo el odio y desprecio que destiló en 1989 le fueran devueltos en un mensaje razonado, justo —de cierta compasiva solidaridad— e inteligente, escribe Julio E. Fontanet Maldonado
Hacía años que no veía una lección de vida tan elocuente y tan arrolladora como la que le dio un afroamericano de Harlem al impresentable Donald Trump, de Manhattan. Se trata de Yusef Salaam, convicto erróneamente por una agresión sexual cometida en 1989 en Central Park en Nueva York. Fue procesado —con otros tres adolescentes negros y uno boricua— por una fiscal con prejuicios raciales y por un jurado presionado por una sociedad y una cobertura mediática que ya habían prejuzgado a estos jóvenes, quienes, años después y gracias a la prueba de ADN, fueron exonerados. Me refiero a los Central Park Five.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: