La persistencia de condiciones indignas en las instituciones juveniles subraya la urgencia de revisar las prácticas actuales, con un enfoque en los derechos civiles, escribe Alexander Cordovés
La persistencia de condiciones indignas en las instituciones juveniles subraya la urgencia de revisar las prácticas actuales, con un enfoque en los derechos civiles, escribe Alexander Cordovés
Durante los pasados 27 años, la cantidad de menores encarcelados en instituciones juveniles se ha reducido de 1,900 a menos de 90—un progreso considerable en la gestión de justicia juvenil. A pesar de este avance, al día de hoy las instituciones juveniles en la isla no garantizan la rehabilitación de los jóvenes que permanecen tras las rejas. Según reportado en El Nuevo Día, las instituciones juveniles están fallando en proveer servicios de salud mental, en prestar tratamientos para el uso de sustancias controladas y en proteger la seguridad de los jóvenes y del personal.
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