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prima:Urge la voz de la academia puertorriqueña

La Universidad de Puerto Rico tiene que servir como un laboratorio para crear e impulsar políticas públicas, ofreciendo ideas y soluciones innovadoras a los desafíos que enfrenta la sociedad, escribe Eduardo Bhatia

30 de agosto de 2024 - 11:10 PM

Las opiniones expresadas en este artículo son únicamente del autor y no reflejan las opiniones y creencias de El Nuevo Día o sus afiliados.
Existen numerosos ejemplos de países donde la academia desempeña un papel vital en la formulación de políticas públicas y donde las universidades son vistas como pensadores críticos y laboratorios de nuevas ideas, escribe Eduardo Bhatia (Shutterstock)

Sin la participación activa de la academia puertorriqueña, nuestro país nunca saldrá adelante. En las últimas décadas, la isla ha enfrentado una serie de serios desafíos en materia de políticas públicas, desde cambios demográficos, que han llevado a la isla a perder casi un millón de residentes, hasta una crisis energética que deja semanalmente a miles de familias sin electricidad. A lo anterior se suma la insolvencia, tanto del gobierno general como de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), que se declaró en bancarrota en 2017. Y ni hablemos de los retos en términos de la criminalidad, la violencia y gangas que trafican drogas, los desafíos en el área de salud pública y la brecha digital en aumento. A pesar de la gravedad de todos estos problemas, la Universidad de Puerto Rico (UPR), nuestra principal institución de educación superior, ha permanecido mayormente al margen a la hora de diseñar políticas públicas. Esto no es sólo una oportunidad perdida para la UPR, sino una pérdida significativa para todo Puerto Rico.

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