Los sistemas de enfriamiento de ganado, que antes podrían verse como un lujo, ahora son una necesidad, escribe Guillermo Ortiz Colón
Los sistemas de enfriamiento de ganado, que antes podrían verse como un lujo, ahora son una necesidad, escribe Guillermo Ortiz Colón
Producir leche en Puerto Rico siempre ha sido un reto. Cuando las vacas llegaron a nuestro país, por primera vez en 1511, se toparon con un ambiente mucho más húmedo y caliente que en España. Durante más de cinco siglos nuestras vacas lidiaron en menor o mayor grado con el calor característico de nuestro archipiélago caribeño. Muchas llegaron al punto de mutar, desarrollando un pelo más corto, que les facilita tolerar el calor de forma más eficiente. A estas vacas de pelo corto y más tolerantes al calor, le llamamos “Pelonas”. Sin embargo, el calor que nuestras vacas están enfrentando hoy, no es el de antaño, no es usual. Se trata del fenómeno de calor extremo.
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