El Tribunal Supremo decidió por una mayoría 6-3 que la aplicación de leyes que regulan el campamento en propiedad pública no constituye un “castigo cruel e inusual”, escribe Sonia Ivette Vélez Colón
El Tribunal Supremo decidió por una mayoría 6-3 que la aplicación de leyes que regulan el campamento en propiedad pública no constituye un “castigo cruel e inusual”, escribe Sonia Ivette Vélez Colón
El Tribunal Supremo de Estados Unidos resolvió el caso de Johnson v. Grants Pass, Estado de Oregón. La demandada encarcelaba y multaba, en una denominada acción civil, a los que dormían en la calle y usaban una pequeña frisa para mantener el calor o una vieja camiseta como almohada. Es una acción de clase que debate cómo las ciudades pueden responder al aumento de personas sin hogar y discute la constitucionalidad de penalizar a quienes duermen en espacios públicos ante la falta de vivienda. Se trata de resolver si es un castigo “cruel e inusual” bajo la Octava Enmienda de la Constitución de Estados Unidos. La decisión del noveno circuito que se revisaba reconoció que el sinhogarismo era involuntario y que la población de personas sin hogar de la ciudad rebasaba el número de camas disponible en los refugios.
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