La verdadera educación eleva almas y cambia vidas. Y para esto es que vale la pena que nuestros niños vuelvan a la escuela, escribe Carlos Dalmau
La verdadera educación eleva almas y cambia vidas. Y para esto es que vale la pena que nuestros niños vuelvan a la escuela, escribe Carlos Dalmau
Advertía Sócrates que la enseñanza que ofrece un maestro no debe tomarse livianamente, puesto que lo que está en juego es nada menos que el alma del estudiante. Un buen maestro, con su enseñanza y ejemplo, es capaz de elevar el alma y ayudar a que el estudiante alcance su plenitud. Un mal maestro puede mutilar un alma inocente y dañarla para siempre. La verdadera educación es, desde entonces, el camino que lleva a una persona a florecer, a pesar de las circunstancias.
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