A sus 42 años, se enfrentó a la noticia de que su cuerpo había sido invadido por cáncer ductal y lobular
A sus 42 años, se enfrentó a la noticia de que su cuerpo había sido invadido por cáncer ductal y lobular
Para Yahaira Meléndez Rosario, amamantar a su hijo por cinco años fue una etapa muy importante, tanto así que ha dedicado su vida a ser consejera en lactancia. Sin embargo, irónicamente, la vida la colocó en una encrucijada, ya que, para agosto de 2020, fue diagnosticada con dos tipos de cáncer de seno, lo que la llevó a realizarse una mastectomía radical para poder sobrevivir.
A sus 42 años, esta mujer, oriunda de Aibonito y residente de Rincón, se enfrentó a la noticia de que su cuerpo había sido invadido por cáncer ductal y lobular, y el proceso, aunque confuso, la llevó a salvar su vida.
“He sido bien proactiva con la salud de mis senos porque fui madre lactante por cinco años y soy consejera de lactancia voluntaria. Para mí, la salud de los senos iba de la mano con la lactancia, pero, en el 2019, fui a hacerme mi primera mamografía porque ya tenía 41 años. En esa primera mamografía me descubren unas microcalcificaciones. Me hicieron una biopsia y me dijeron que todo estaba bien, que me seguirían viendo cada seis meses, pero yo no fui muy proactiva, como me dijeron que todo estaba bien, no fui más allá. Después descubrí que ya tenía células precancerosas en esa biopsia; el doctor lo sabía y yo no lo sabía. Yo confié en mi médico, guardé la biopsia y seguí mi vida”, expresó Meléndez.
No es hasta el año siguiente, exactamente para marzo 2020 —cuando el país atravesaba el lockdown por la pandemia del COVID-19—, que Meléndez se realizó un autoexamen y notó que tenía una masa en uno de sus senos “del tamaño de una canica”. Fue ahí cuando comprendió que algo no andaba bien.
“En mayo del 2020, regreso al médico, y me mandan a hacer una sonomamografía y sí, había una masita de aproximadamente 1 centímetro; era pequeñita. El doctor me dijo que no era nada de cuidado, me dijo que era un fibroadenoma”, relató la mujer.
Esa masita iba a ser removida mediante una operación, pero la intervención no se dio el día que había sido pautada y Yahaira, decidió cambiarse de doctor, llegando así a atenderse a su pueblo de Aibonito. Fue allí donde le removieron la masita y le sacaron un poco más de los márgenes, lo que evidenció que realmente tenía cáncer.
“El médico me explicó que tenía dos tipos de cáncer; tenía cáncer ductal, que es en el ducto, y, gracias a que él removió mucho más, encontró el cáncer lobular, que, para [nuestra] sorpresa, ya se había regado; ese ya era invasivo”, recordó la sobreviviente.
En ese momento, comenzó la batalla para Yahaira, quien tuvo que enfrentarse a una decisión difícil que definiría su futuro y cambiaría su vida.
“En mi caso, la recomendación fue la mastectomía radical porque el cáncer lobular, al par de años, lo pudiera tener en el otro seno. El doctor me dijo: “lo más proactivo es una mastectomía y lo sacamos todo”. Para mí, los senos eran sumamente importantes, por lo que consulté con otros médicos y los tres coincidieron en que eso era lo mejor para mí”, relató Meléndez.
Fue así como el 16 de octubre de 2020, Yahaira, quien no tenía historial familiar de cáncer, decidió llegar al quirófano para realizarse la mastectomía, proceso del cual dijo no arrepentirse.
“Ese día me sacaron los senos y no me arrepiento porque yo tomé todo con una actitud súper positiva. Yo dije: ‘esto tiene un propósito en mi vida’ y fue irónico porque yo trabajaba ayudando a otras mujeres a amamantar. Mis senos eran como el orgullo de que había amamantado con ellos, pero ya habían cumplido su misión”, comentó la sobreviviente de cáncer, quien tiene su página de Facebook llamada Eco Lolas, donde vende productos para higiene femenina que son reusables, pero también lo utilizó de plataforma para mostrar la realidad que atraviesan las pacientes de cáncer y servir de ejemplo para otras mujeres.
“Inmediatamente, cuando me diagnosticaron, decidí documentar todo mi proceso. Quise hacerlo público para contar mi historia y que otras mujeres tomen conciencia de hacerse el autoexamen y la importancia de ir a las citas médicas, lo importante de no coger miedo. Quiero que la gente sepa que no hay que tener miedo, hay que ser proactivos, hay que hacer lo que hay que hacer”, argumentó.
Además de servir de ejemplo y de motivar a otras pacientes con su historia, Yahaira decidió utilizar sus habilidades para crear unos cojines especiales que facilitan el uso del cinturón de seguridad a las pacientes con cáncer. Dijo que esta labor es su manera de reciprocar todo el apoyo que recibió en sus momentos más difíciles.
“Una amiga que fue diagnosticada me pidió 20 cojines para el ʿmed portʾ (catéter implantable) y le doné unos cinco más. Ahí surgió el hacer estos cojines para donarlos. A base de donativos, he podido hacer el proyecto, yo los llevo al centro de Mayagüez y ellos los reparten. Al sol de hoy, llevo más de 300 cojines donados y he mantenido esto para reciprocar todo lo que recibí”, confesó.
Enfocada en ese proyecto de amor, en su empresa y, sobre todo, en su salud, Yahaira exhortó a las mujeres y a toda persona a que se realicen sus chequeos rutinarios, los cuales pueden salvar sus vidas.
“No hay que tener miedo, hay que ser proactivos, conocer su propio cuerpo, chequearse y, lo más importante, tener una actitud positiva. Si aprendes a amar y hacer de ese proceso —dentro de lo feo y lo triste que puede ser— uno positivo, no vas a ver el cáncer como una sentencia de muerte. Con la actitud en que asumes el proceso, esa es la diferencia. Si aparece el cáncer en tu vida, pues que lo puedan encontrar a tiempo. Ese es mi lema: ‘Las cosas a tiempo tienen remedio’. Y yo estoy viva”, concluyó con mucha alegría.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: