Para la ejecutiva el liderato exige una gran responsabilidad, una obligación de dejarle un mejor país a las nuevas generaciones
Para la ejecutiva el liderato exige una gran responsabilidad, una obligación de dejarle un mejor país a las nuevas generaciones
“No acepto un no, ni aunque me mates”, dijo Waleska Rivera, presidenta y CEO de Danosa Caribbean, empresa líder en el mercado de impermeabilizantes para techo y una de las principales en la manufactura de materiales para la construcción en Puerto Rico.
Su visión, liderazgo y estilo de negociar han sido destacados en innumerables ocasiones, como cuando en 2018 se convirtió en la primera mujer en recibir el Premio Alejandro S. Herrero, máximo honor que confiere la industria de la construcción a través de la Asociación de Contratistas Generales de América. Y en este 2020 tan singular, es una de las “Mujeres que inspiran”, que reconocerá próximamente el Capítulo de Mujeres de la Asociación de Industriales del país, organización que presidió durante varios años.
“No duermo pensando en cómo conseguir un sí”, prosiguió la ejecutiva, “y tampoco me doy por vencida”. Así lo indica su trayectoria, desde que comenzó su carrera profesional en Danosa siendo apenas una veinteañera -”aprendí el negocio desde la base”- y terminó comprándole el negocio a sus jefes españoles para llevarlo a otro nivel, inclusive, más allá de las fronteras borincanas.
“Yo sabía lo que había que hacer para que la empresa tuviera éxito, aunque nunca creo que he aprendido lo suficiente. Por eso siempre escucho y nunca he tenido miedo de preguntar o de parecer tonta, porque nadie lo hace mejor que el que lo hace todos los días. Así que creo en compensar a la gente en el grado en que está aportando y mi responsabilidad como líder es pensar en cómo puedo afectar a la gente con mis decisiones”, expresó la “orgullosa madre de 6 hijos, 3 biológicos y 3 adoptivos, porque son los de mi esposo”, mencionó Rivera, nacida en Ponce y criada en Aguadilla.
Mientras se desarrollaba a nivel profesional, “siempre estuve rodeada de hombres, que tienden a predominar en mi industria y aunque muchos eran excelentes profesionales, no necesariamente me inspiraban. Para eso yo miraba a mujeres exitosas, a las líderes de otras empresas y me preguntaba: ¿podré llegar a ser como ellas?”, recordó.
De todas formas, “ya yo estaba convencida de que una sola no hace nada. Necesitas rodearte de un buen equipo de trabajo, te buscas de los mejores. Y eso de ningún modo te hace menos, ni disminuye la importancia de los logros obtenidos. Hay que aprender a enriquecerse con el conocimiento y las habilidades de los demás”, manifestó Rivera, quien señaló que en Danosa el 50 por ciento de sus miembros son mujeres y 22 por ciento están a nivel de toma de decisiones, dentro de una industria enfocada en la manufactura de productos de construcción.
“Según pasan los años, las mujeres van abriendo camino. Ya ves que en carreras como la ingeniería, en el Colegio de Mayagüez [donde se graduó de Contabilidad, antes de hacer una maestría en Gerencia Industrial en la Universidad Interamericana] ya hay matriculadas más mujeres que hombres. El camino no es fácil, no es color de rosa, pero oye, es que tampoco lo es para los hombres”, afirmó Rivera. “No se trata de que me des más oportunidades porque yo soy mujer, sino que quiero optar por las mismas oportunidades, irrespectivamente del género. Pero ‘you really have to want it’”.
“Es cierto que nuestro entorno espera responsabilidades que no le exigen a los hombres”, admitió la empresaria, “pero también muchas veces las limitaciones nos las ponemos nosotras mismas. Esa motivación tiene que salirte de bien adentro, de corazón”, abundó la amante de la bohemia.
Sin embargo, “me entusiasma mucho, especialmente cuando hablo con estudiantes o jóvenes emprendedores porque veo que ya tienen las cosas más claras que en los tiempos de nuestras abuelas. Ahora entienden, por ejemplo, que hacer tareas en el hogar no es un favor. Son una responsabilidad compartida. Que la mujer que decide quedarse en casa también tiene valor. Y la que no lo hace full time, no es que está sacrificando cosas, es que vive o busca su balance, de una forma diferente”.
“Yo me liberé cuando descubrí que no tenía que ser ‘Wonder Woman’”, indicó Rivera, “las mujeres nos ponemos mucha presión. Tú sí asegúrate de hacer lo esencial que te corresponde, ese trabajo en el que nadie te puede sustituir. Pero, para lo demás, puedes buscar ayuda y no pasa nada”, confesó la ejecutiva, quien aseguró que todo profesional debe procurar hacerse de un “buen network, desde tus vecinos hasta colegas, gente dentro y fuera de tu sector, pues se trabaja con la mente y con el corazón”.
“Cuando una da un paso al frente no es únicamente por sí misma, sino por todas las demás que vienen detrás. Y si por el camino agarras a algunas de esas mujeres de la mano, excelente, esa es la responsabilidad de una líder”, enfatizó.
Y en estos tiempos que vive Puerto Rico, “estoy convencida de que juntos y juntas, podemos echar al país para adelante. Pero tienes que ver a un Puerto Rico fuera de colores, [de partidos políticos], sino, la tienen difícil nuestros hijos y nuestros nietos. El liderato te exige una gran responsabilidad, por eso es nuestra obligación dejarle un mejor país a las nuevas generaciones”, concluyó.
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