

Graduarse de escuela superior representa un escenario decisivo en la vida de todo estudiante. Es como estar parado ante un cruce donde tenemos que definir la ruta a tomar por el resto de nuestras vidas. Algunos optan por tomar el expreso rumbo al mercado laboral, pero hay quienes optan por estudiar y, para ellos, existen dos vías alternas: las carreras tradicionales o las carreras cortas.
“La carrera tradicional puede ser el bachillerato, que son cuatro años universitarios o más, [aunque] lo mínimo es un período de cuatro años para obtener ese diploma universitario. El tiempo estimado de una carrera corta puede oscilar entre 6 meses para una certificación y 2 años, que sería un grado asociado, dependiendo de la preferencia y el gusto del estudiante, si quiere una formación rápida o corta o si quiere lo tradicional, que sería el bachillerato”, explicó Nelissa Domínguez, consejera profesional licenciada.
Según la experta, la ruta de las carreras tradicionales suele ser tomada por aquellos estudiantes que tienen un historial de familiares que han estudiado, pero también pueden ser estudiantes de primera generación.
“Usualmente, [los estudiantes] escogen las carreras tradicionales por la formación que tuvieron sus padres, la preparación académica que ellos tuvieron en escuela superior o por las habilidades e intereses que tienen, si están interesados en una carrera tradicional o más larga. Pero existen estudiantes que quizás son de primera generación, o sea, que no tienen un ejemplo de mamá, papá, tíos, abuelos o personas cercanas que hayan estudiado [una carrera] y deciden ser ellos los primeros en hacerlo”, expuso la consejera profesional.
En cambio, las carreras cortas suelen ser para estudiantes que tienen una necesidad económica, pero desean estudiar, considerando el tiempo, el interés y la necesidad económica del hogar.
“Usualmente, son personas que sí tienen el deseo de estudiar y mejorar, pero no están dispuestos a hacerlo por cuatro años, así que hay que definir el interés de ese estudiante, pero, a su vez, la necesidad de traer un ingreso a la casa. Me iría por la parte de la necesidad porque ellos van a ver un retorno de inversión un poquito antes. Suele ser más económico, no hay que dedicarle cuatro años o más y le permite trabajar en lo que estudiaron más temprano”, señaló Domínguez.
En el caso de elegir una carrera corta, se presentan varias ventajas:
En el caso de escoger una carrera tradicional, sus ventajas son:
Existen muchos factores que pueden influir en que el estudiante opte por una carrera tradicional o una carrera corta; algunos son sociales o económicos y otros están influenciados por el tiempo y las experiencias, pero la consejera profesional afirmó que cualquiera de las dos vías a tomar, sean carreras tradicionales o cortas, es, sin duda, una gran decisión, por la importancia que tiene la preparación académica para el éxito en la vida laboral.
“Hay que reconocer y validar ese deseo de estudiar. Aunque la persona estudie una carrera corta, está bien porque no todo el mundo nació para un doctorado y no todo el mundo tiene que hacerlo. Asistir a una escuela graduada no es un predictor de éxito; un predictor de éxito es amar lo que haces, sentirte seguro de lo que estás trabajando y no sentirte obligado a estudiar. Eso te da más felicidad que hacer una carrera”, comentó la experta.
Entonces, para hacer una buena elección, que vaya acorde con su realidad, gustos, intereses, habilidades y destrezas, Domínguez recomendó que los estudiantes busquen ayuda experta antes de tomar una decisión.
“[Es necesario] que utilicen los recursos gratuitos que tenemos. En sus escuelas hay consejeros profesionales capacitados para darles estos servicios y herramientas. Además, que vayan a las ferias universitarias y que visiten las oficinas de admisiones de esas universidades para que los puedan orientar, tanto en la parte de admisión como en la parte económica. [También recomiendo] que tomen la prueba de carrera, donde el mismo estudiante puede visualizar si sus intereses están alineados con sus habilidades”, sostuvo.
1. Acreditación: Considera la acreditación de la institución y del programa a tomar, si es necesaria.
2. Colocación de empleo: Busca si los profesores y las oficinas de servicios te van preparando para el mercado laboral en aspectos como la preparación del resumé y ofrecimiento de ferias de empleo.
3. Exposición al mercado: Es recomendable tener la exposición por medio de la práctica, las observaciones o las preprácticas supervisadas.
4. Demanda de empleo: Investiga la demanda de esa profesión; el interés debe ir alineado a la demanda o a las plazas vacantes.
5. Flexibilidad: Ofrece opciones de estudio diurnas y nocturnas, fines de semana, presenciales, híbridas o completamente en línea.
6. Habilidades: En tu escuela, debes trabajar con tu consejero una prueba ocupacional para poder identificar esos intereses y necesidades, y ayudarte a decidirte por una carrera que esté alineada con tus intereses.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
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