Un repaso de la literatura disponible sobre las cualidades de un administrador de servicios de salud da cuenta de tres elementos importantes: la preparación académica, la educación continua y el compromiso de servicio para atender la diversidad de públicos que reciben atención en sus instalaciones.
Como presidente saliente del Colegio de Administradores de Servicios de Salud (CASS), el licenciado Jorge L. Pesquera Sevillano compartió los logros alcanzados durante este año en el que culmina su rol como presidente en propiedad. Al mismo tiempo, rememoró los inicios de esta organización, que sirve como puente entre los administradores de servicios de salud y sus diversos públicos, incluyendo a personas de influencia tanto en el gobierno estatal como el federal.
Según Pesquera Sevillano, la organización que hoy se conoce como CASS comenzó en 1954 como la Asociación de Administradores de Hospitales de Puerto Rico (AAHPR). En ese entonces, bajo la dirección de su primer presidente, Julio A. Pérez, este grupo reunía a todos los administradores de hospitales (públicos y privados), así como de los centros de salud que administraba el gobierno.
“Ellos se reunían periódicamente y exponían sus preocupaciones”, mencionó Pesquera Sevillano. “En ese entonces, compartían la forma en que enfrentaban las dificultades de aquellos años”, apuntó. “En aquel entonces, dijo, la mayoría de los administradores de hospitales eran hombres, hoy día, la profesión incluye a un número respetable de mujeres que ejecutan esta labor”.
En 1971, según relató, comenzaron los esfuerzos para establecer una reglamentación uniforme para aquellas personas que ejercían esta profesión. “Luego de cuatro años de esfuerzo, el 30 de mayo de 1975 se aprobó la Ley 31, que reglamenta la profesión de Administradores de Servicios de Hospitales”, recordó Pesquera Sevillano. En ese momento, el licenciado Honorio Morales presidía el organismo, y dicha ley estableció los requisitos para ejercer la profesión, así como una descripción específica de los deberes y responsabilidades que estos profesionales deben observar en el descargue de sus funciones.
Tres lustros después, el 23 de febrero de 1990, se aprobó la Ley Número 2 para crear el Colegio de Administradores de Servicios de Salud. “Esta ley ordenó la creación de un ente regulador para la profesión con una serie de requisitos bien específicos”, subrayó el presidente saliente.
Pesquera Sevillano destacó que todo profesional que asuma un puesto de administrador de un hospital o centro de salud ejercerá su cargo respaldado por la preparación académica correspondiente. Además, la ley establece que se requiere una licencia vigente para ejercer su profesión, expedida por la Junta Examinadora de Administradores de Servicios de Salud (JEASS). Asimismo, deberá ser integrante del Colegio de Administradores de Servicios de Salud de manera compulsoria.
Para mantener su licencia vigente, las personas colegiadas por la JEASS deberán cumplir trienalmente 36 créditos de educación continua.
Uno de los atributos que señaló Pesquera Sevillano dentro de su matrícula activa actual es la diversidad de saberes que tienen sus colegiados.
“Para ser un administrador de servicios de salud, puedes estudiar lo que desees a nivel académico o técnico. [Las personas administradoras de servicios de salud] estudiamos un grado de bachillerato en lo que más nos guste: Administración de Empresas, Ciencias (Sociales o Biológicas) o Ingeniería, por decir algunos ejemplos. Entonces, como un requisito de ley, es necesario completar un grado de maestría en Administración de Servicios de Salud”, destacó.
Ese grado académico ya se gestionaba desde los años sesenta, cuando el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico lo incluyó como parte de su oferta de estudios graduados. Sin embargo, Pesquera Sevillano recalcó que la Universidad de Chicago ya había establecido, en 1943, un programa de estudios para la administración de hospitales que requería un año de experiencia laboral en un centro médico y un año de preparación académica.
A pesar del interés por organizar el ejercicio de esta profesión de una manera coherente y efectiva, todos estos esfuerzos, en principio, no fueron muy bien apreciados.
“Muchos de estos hospitales eran administrados por personas que ejercían en diversos campos relacionados –como médicos–, o se dedicaban al mundo de los negocios y el comercio. Sin embargo, la parte administrativa no estaba tan presente”, concedió Pesquera Sevillano. “Aun así, de una manera orgánica, se desarrollaba una cultura administrativa mucho mejor estructurada que, eventualmente, apoyó los esfuerzos para profesionalizar ese cargo, reforzados por todo el cabildeo realizado para, finalmente, contar con el respaldo de las leyes que ya he mencionado”, destacó.
Hoy día, el CASS se encarga de proveer educación continua a sus colegiados y, en actividades como su convención anual, promueve el intercambio de saberes con expertos en diversos temas que apoyen la gestión diaria de sus colegas, dijo el presidente saliente del CASS. De igual manera, las personas administradoras de servicios de salud tienen que estar al tanto de todos los cambios a nivel operacional y gerencial, de manera que puedan manejar las situaciones administrativas y enfrentar las situaciones que impactan el compromiso más importante: mantener al paciente como eje de todos los esfuerzos que, como líderes, deben implementar.
“La industria de la salud es altamente regulada”, admitió Pesquera Sevillano. “A nosotros nos rigen las leyes federales y estatales, las normas y los procedimientos establecidos, así como las mejores prácticas y las guías para mantener estándares en calidad de servicio. También es importante que las personas colegiadas estén relacionadas con el aspecto ético para mantener el estándar de excelencia lo más alto posible”, sostuvo.
Por último –y no menos importante– su función trasciende las paredes de las instituciones de salud y llega hasta espacios de legislación estatal y federal. “Estamos en un esfuerzo constante de educación y concienciación a los senadores y representantes para impulsar medidas que impacten positivamente los servicios de salud que ofrecemos”, indicó Pesquera Sevillano. “El reto mayor es el manejo de los fondos, un tema particularmente importante en la adquisición y el mantenimiento de equipos de alta tecnología para asuntos diagnósticos y clínicos.
Otro asunto crucial para cumplir con su deber profesional es la paridad de fondos para sostener los programas de Medicare y Medicaid, así como la Seguridad de Ingreso Suplementario (SSI), que actualmente no aplica a nuestra isla.
“Como antes dije, nuestra misión es proveer los mejores servicios disponibles para apoyar la salud de Puerto Rico y sus habitantes. Un asunto que me ocupa es la necesidad de retomar la salud como una materia importante en los sistemas de educación del país; eso se ha perdido; y un pueblo saludable es un país que produce, que puede echar hacia adelante”, expresó.
Con el apoyo de la nueva junta directiva de CASS que tomará posesión de sus cargos durante la 34.a Convención Anual, se reforzará ese compromiso, a través de una visión mucho más sensible a las necesidades de sus públicos, comenzando por sus líderes.
“De nuestra parte, estamos haciendo lo mejor que podemos con los recursos que tenemos y con el apoyo de nuestra gente, que está muy comprometida con su misión”, terminó diciendo el presidente.
El autor es periodista colaborador de Suplementos.
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