

En Puerto Rico, la tarea de escoger un establecimiento de cuidado para adultos mayores se ha convertido en un desafío abrumador para las familias y sus cuidadores. A su vez, el preocupante aumento de adultos mayores en el olvido en los hospitales del país demanda acciones inmediatas. Ante esta situación, el administrador de servicios de salud se presenta como un agente de cambio clave, capaz de marcar la diferencia y añadir valor. Una medida concreta que se presenta para mejorar la prestación de servicios en los establecimientos para los adultos mayores es la revisión y actualización de la Ley Núm. 94 de 22 de junio de 1977, según enmendada, y mejor conocida como la “Ley de Establecimientos para Personas de Edad Avanzada”, considerando la creación de un nuevo modelo que se ajuste a las necesidades actuales.
Este año, un informe de la Organización de las Naciones Unidas ubicó a Puerto Rico en el séptimo lugar a nivel mundial con el mayor porcentaje de personas de 65 años o más, y en segundo lugar en Latinoamérica y el Caribe. El 27 % de la población de Puerto Rico tiene 60 años o más y se estima que, para el 2035, esta cifra se elevará al 35 %. El rápido crecimiento de la población de adultos mayores ha generado una mayor demanda de establecimientos de cuidado. Sin embargo, la falta de opciones y recursos limitados ha dificultado la elección de un lugar adecuado para brindarles los cuidados necesarios. Además, es importante tener en cuenta la diversidad de requisitos de las personas encargadas o que ocupan puestos de administradores en estos establecimientos. Esta situación ha resultado en un incremento preocupante de diversas situaciones de maltrato, negligencia, abuso o explotación que afectan la calidad de vida de los adultos mayores.
En medio de este panorama, el administrador de servicios de salud emerge como un actor fundamental para defender la prestación de servicios de salud con un enfoque holístico y de calidad. Una medida concreta para lograrlo es la revisión y actualización del Reglamento 7349, que utiliza de base la Ley Núm. 94 mencionada anteriormente, que establece el marco regulatorio para los establecimientos de cuidado de adultos mayores en el país. Es imperativo considerar la creación de un nuevo modelo que se adapte a las necesidades actuales, identificando áreas de mejora en la prestación de servicios, la calidad de la atención y la organización del trabajo.
Para lograr este objetivo, resulta esencial alinear la definición y las funciones del personal que dirige los establecimientos de adultos mayores, utilizando la Ley Núm. 31 de 30 de mayo de 1975, conocida como “Ley para Reglamentar la Profesión de Administradores de Servicios de Salud del Estado Libre Asociado de Puerto Rico”. Esta ley define al administrador de servicios de salud como: “el profesional encargado de administrar, dirigir, planificar, organizar, coordinar, controlar, evaluar y utilizar adecuadamente los recursos humanos, materiales y económicos disponibles para lograr la organización y administración de los servicios de salud de manera integral, abarcadora y de la mejor calidad posible, con un costo adecuado a los recursos disponibles”. Esta acción permitirá fortalecer el marco regulatorio y garantizar una gestión efectiva y eficiente de los servicios de cuidado para los adultos mayores en Puerto Rico.
“Es interesante porque, en Estados Unidos, bajo la regulación federal 42 CFR § 431.700 – 431.715, se requiere una licencia para los administradores de establecimientos o hogares de adultos mayores, a fin de asegurar competencias específicas que debe tener este profesional. En cambio, en Puerto Rico, el reglamento del Departamento de la Familia solo exige un bachillerato en cualquier rama, que no necesariamente es en el área de la salud o gerontología, o incluso cuarto año de escuela superior, si la institución es pequeña”, mencionó el presidente del Colegio de Administradores de Servicios de Salud (CASS), el licenciado Jorge Pesquera Sevillano.
“Además de la actualización de la política pública, es fundamental llevar a cabo estudios e investigaciones que proporcionen un mejor entendimiento de la situación actual y las necesidades específicas del cuidado de los adultos mayores en Puerto Rico. Estos estudios ofrecerán información valiosa para diseñar políticas y estrategias efectivas que mejoren la calidad de atención y promuevan el bienestar de nuestros adultos mayores, libres de edadismo. Asimismo, es crucial fomentar la colaboración con instituciones académicas, organizaciones de salud y proveedores de servicios de cuidado dirigidos a los adultos mayores para garantizar una visión integral y una implementación exitosa de las medidas propuestas”, expresó el presidente electo del CASS, el licenciado Pedro Barez Clavell.
La situación de los desafíos en los establecimientos de cuidado para adultos mayores y el rápido envejecimiento de la población en Puerto Rico requieren una acción decidida. El administrador de servicios de salud tiene la capacidad de marcar la diferencia y añadir valor a través de la revisión legislativa, la realización de investigaciones y el enfoque en una atención centrada en el adulto mayor y su familia o cuidadores. Es esencial que se tomen medidas concretas para garantizar una atención de calidad y respeto a nuestros adultos mayores, brindándoles un cuidado digno que tanto merecen en esta etapa de sus vidas.
El autor es expresidente del CASS.
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