Existe una variedad de estudios de avanzada que logran detectar lesiones en las mamas que son del tamaño de un granito de arroz: estas son las pruebas más eficaces
Existe una variedad de estudios de avanzada que logran detectar lesiones en las mamas que son del tamaño de un granito de arroz: estas son las pruebas más eficaces
Cada día, en promedio, una mujer muere en Puerto Rico por cáncer de mama invasivo. Son 36 madres, tías y primas al mes. Son 432 mujeres que, anualmente, ya no están.
Este tipo de cáncer continúa como el más diagnosticado entre las mujeres del archipiélago. Cada mes, 193 reciben un resultado positivo, 2,319 lo hacen al año.
Y aunque los diagnósticos en mujeres aumentan cada año, hubo una disminución en el número de fallecidas, según el último informe del Registro Central de Cáncer de Puerto Rico.
Para Maruja Santiago Vélez, directora del equipo de radiólogos del Centro de Imágenes Integrado del Centro Médico Episcopal San Lucas, estos datos reflejan el efecto que ha tenido la concientización y la educación sobre la importancia de realizarse las pruebas diagnósticas a tiempo.
“La detección temprana salva vidas”, dijo la radióloga. Además, sostuvo que hoy día existe una variedad de pruebas diagnósticas que ayudan a identificar a tiempo esta afección.
La más accesible es el autoexamen. No tiene edad para realizárselo, aunque es recomendado una vez al mes luego de los 40 años. Aquí, la mujer examina sus senos en busca de anomalías, asimetrías o masas, ya sean suaves o firmes.
También se deben observar otros síntomas como: cambios en la coloración o la textura de la piel, nódulos agrandados en las axilas y que el pezón no se invierta, se hunda.
Por otro lado, está la mamografía digital –bidimensional o tridimensional–, en la que se pueden detectar lesiones tempranas y microcalcificaciones, que algunas están asociadas con malignidad. Las mujeres con cuatro décadas de vida deben hacérsela una vez al año.
Además, está la sonomamografía, un estudio que no emite radiación, y la imagen de resonancia magnética (MRI, en inglés) de seno. Estas arrojan más información sobre las lesiones detectadas en la mamografía.
Estas evaluaciones deben ser rutinarias para mayores de 40 años. Sin embargo, si en su familia hay historial de cáncer, deberá comenzarlos cinco años antes de la edad de diagnóstico de su familiar.
“Tenemos que perder ese miedo. Ya lo que hay son mitos. La mamografía no duele, molesta. No tiene radiación significativa. Y verlo como una oportunidad que tenemos para descubrir lesiones que son más pequeñas que un granito de arroz, que aún no se palpan”, expresó la doctora.
Santiago Vélez reiteró la importancia de no fallar en los exámenes preventivos, ya que al detectarse en una etapa menos agresiva habría más probabilidad de una intervención eficaz. “Vamos a tener la oportunidad de sacarlo todo más temprano”, aseguró.
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