El uso de suplementos para perder peso se ha normalizado entre la población puertorriqueña que busca desesperadamente cómo ganar la batalla contra la obesidad, que representa uno de los factores de riesgo en el desarrollo de enfermedades, entre estas, las cardiovasculares.
Sin embargo, más allá de regular la balanza, existen ciertos beneficios de algunos medicamentos antiobesidad, los cuales ayudan, a largo plazo, en la disminución del riesgo de muerte cardiaca y la reducción en los niveles de glucosa, presión arterial y colesterol, entre otras ventajas para la salud del paciente.
El doctor Edwin Omar Molina Torres, especialista en cardiología y subespecialista en fallo cardíaco avanzado y trasplante de corazón, resaltó que “la obesidad es una de las enfermedades que más afecta directamente al corazón y que no solamente afecta en el peso, sino que también afecta en múltiples afecciones como la diabetes, la hipertensión y la apnea del sueño”.
“Cuando sumas este conglomerado en edades, a largo plazo, la obesidad no es solamente el peso, sino que también va a predisponer a un paciente a que tenga diabetes, a que la presión [arterial] se descontrole, que los niveles de colesterol estén altos y a que desarrolle apnea del sueño. Se sabe que la obesidad es uno de los factores de riesgo para que un paciente, eventualmente, desarrolle fallo cardíaco”, apuntó.
Asimismo, el cardiólogo advirtió que muchos pacientes utilizan suplementos para perder peso, entre estos “naturales, pastillas, líquidos, teses, y ninguno de esos está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés)”.
Según Molina Torres, “los medicamentos que están aprobados por la FDA son los inhibidores de glucagón, una hormona que ayuda a mantener los niveles de glucosa en la sangre”. Entre estos remedios, dijo, están los “GLP1, que son los famosos medicamentos para bajar de peso que son inyectables”, tales como la semaglutida y la liraglutida.
“Esos medicamentos son los que, básicamente, están aprobados por la FDA para perder peso, porque son los que demostraron en estudios grandes, [realizados] con miles de pacientes y con evidencia científica que son seguros para utilizar y que, en efecto, traen beneficios tanto en la obesidad y el colesterol como en la reducción de muertes y efectos cardiovasculares”, insistió.
“Básicamente, lo que estamos recomendándoles [a los pacientes] son los agonistas de los receptores de GLP 1, entiéndase liraglutida y semaglutida, que son los que mayormente se están utilizando. Además, hay otros que también tienen efecto, como la tirzepatida, que es otro medicamento que está de moda, que es inyectable y que ha demostrado grandes beneficios a nivel del peso”, recalcó.
Igualmente, destacó que, “cuando comparas [estos medicamentos] con placebos, a largo plazo tienen efectos cardiometabólicos importantes, entre estos, la disminución de la mortalidad, de la presión arterial y de los riesgos de muerte cardiaca a largo plazo”. También se ha demostrado que disminuyen los niveles de colesterol, además de beneficiar en cuestiones de glucosa y presión [arterial]”.
De acuerdo con el cardiólogo, estos medicamentos son seguros en pacientes con enfermedades cardiovasculares e igualmente presentan beneficios para personas con condiciones preexistentes.
“Hay un nivel de seguridad que está demostrado en estudios científicos bien avanzados y, por eso, lo utilizamos. Una de las cosas que buscas es que el paciente no tenga efectos adversos al medicamento, que disminuya los riesgos a largo plazo y disminuya la mortalidad. Además, que estos pacientes, a largo plazo, vivan más y sean más saludables”, explicó.
“Son medicamentos que se utilizan frecuentemente en pacientes con diabetes. Una de las cosas que debemos verificar es que, en combinación con otro tipo de medicamentos para la diabetes, no causen eventos de hipoglucemia. “Es algo que se debe discutir individualmente con cada paciente”, agregó.
Para el galeno, antes de recetar un medicamento antiobesidad, es importante que el paciente “cumpla con criterios de obesidad, que tenga un BMI (índice de masa corporal) por encima de 29 o 30”.
Además, dijo que la persona debe haber sido diagnosticada con el síndrome metabólico, cuyas características son circunferencia de la cintura mayor de 35 pulgadas o más para mujeres y 40 pulgadas o más para hombres, colesterol alto, presión arterial alta, entre otras, y apnea del sueño.
En tanto, aclaró que estos remedios “pudieran tener algunos efectos secundarios, como todos, entre estos, náuseas y malestar que no tolere”. Pero, en general, el perfil del medicamento es bien tolerable”.
“Estos medicamentos tienen que ser supervisados por un especialista; por alguien que tenga experiencia en el manejo de estos medicamentos, que tenga un récord del paciente y que, antes de comenzar con el medicamento, haga una evaluación médica, y tome laboratorios y una serie de pruebas para, entonces, determinar si el medicamento es seguro. Pero esto no debe ser sin receta ni fuera [del cuidado] de un especialista que maneje estas cosas”, concluyó.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
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