Tendrán profundo impacto sobre el medio ambiente, las propiedades y la infraestructura de la isla y, en consecuencia, sobre las actividades socioeconómicas y la salud
Tendrán profundo impacto sobre el medio ambiente, las propiedades y la infraestructura de la isla y, en consecuencia, sobre las actividades socioeconómicas y la salud
Es un hecho que el clima siempre cambia y continuará cambiando. Tanto a nivel mundial como local, todos hemos sido testigos de cómo las temperaturas se han tornado cada vez más cálidas como un efecto del calentamiento global y el cambio climático producidos por diversas causas. Esta tendencia ha ocasionado, entre otras secuelas, días y noches más calurosos, un incremento consistente de los niveles del mar desde la década de 1960 y que las temporadas de huracanes sean, cada vez, más activas. Estos cambios han generado impactos en el medio ambiente, la economía y la sociedad, que afectan, a su vez, la planificación de la infraestructura, el desarrollo de los sectores que mueven la economía del país, y el acceso a los recursos de agua y energía, entre otros.
De acuerdo con una comunicación publicada en la página web del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), con motivo de una reunión con el Consejo de Cambio Climático de Puerto Rico (CCCPR) —un panel compuesto por más de 150 expertos en diversas áreas que aportan su tiempo y conocimiento voluntariamente para atender el cambio climático en la isla— realizada el pasado año, los efectos del cambio climático en Puerto Rico son evidentes y se demuestran en diversas instancias que incluyen el aumento en los promedios de la temperatura atmosférica y superficial del mar de nuestra zona, y la acidificación del océano.
“Estos hallazgos ratifican que los cambios tendrán profundos efectos sobre las playas, las propiedades e infraestructura localizadas en las costas y, en consecuencia, sobre las actividades socioeconómicas como el turismo. La pérdida de playas también afectará a especies como las tortugas marinas. Sin embargo, lo más notable para nuestra población es la alteración en el patrón de lluvia, las cuales se presentan con más intensidad y con una distribución errática. Es por eso que estamos observando lluvia en épocas que antes eran secas y notamos como cada día las inundaciones en nuestra área son más frecuentes”, explica el documento del DRNA.
Asimismo, el doctor José Seguinot, experto en temas de salud y medioambiente, y miembro del CCCPR, expuso en esa reunión que los efectos del cambio climático y sus consecuencias también comienzan a ser evidentes en la salud de la población, con un incremento en enfermedades infecciosas, contagiosas y crónicas en la población, sobre todo de niños y ancianos.
De otra parte, según un estudio liderado por el hidrólogo Carlos Ramos-Scharrón, de la Universidad de Texas, en Austin, y publicado en mayo de 2021 por la revista Hydrology, Puerto Rico se encuentra entre las regiones más vulnerables del mundo a los efectos del cambio climático.
De acuerdo con el sitio web de esta universidad, la investigación se basa en tres estudios previos dirigidos por el académico, para investigar el impacto devastador de los ciclones tropicales en la isla.
La primera comparó el huracán de 2017 con ciclones que la precedieron hace más de un siglo y encontró que María produjo la cantidad de lluvia diaria más alta jamás registrada en toda la isla (similar al impacto del huracán Harvey, en Houston). La segunda encontró que la lluvia de María desencadenó uno de los números más altos de deslizamientos de tierra inducidos por lluvia jamás informados en todo el mundo en áreas de tamaño similar; y la tercera identificó los deslizamientos de tierra como la principal fuente de sedimentos que ocupan la ya limitada capacidad de almacenamiento de los principales embalses de la isla.
De acuerdo con Ramos-Scharrón, estas proyecciones de cambio climático sugieren períodos de sequía más prolongados interrumpidos por tormentas intensas que originarían mayor cantidad de deslizamientos y producción de sedimento en los cuerpos de agua, cuyos efectos ocasionarían una reducción de la capacidad de la isla de almacenar agua y, por consiguiente, una escasez del líquido.
En resumen, los hallazgos de Ramos-Scharrón y sus colegas alertan que el cambio climático ya está aquí.
El CCCPR señala que el 62% de la población de la isla habita en municipalidades costeras y el 25 % de las estructuras están en áreas propensas a inundación. Sin embargo, aunque el 97% de la población entiende que los efectos del cambio climáticos ya se observan en la isla, el llamado es a tomar acción y a adaptarnos. En el documento Ruta hacia a resilencia, el CCCPR define “adaptación” como una respuesta de ajuste a los diferentes estímulos del cambio climático –tanto actuales como esperados- con el fin de reducir daños y explotar oportunidades beneficiosas, mediante la implementación de varios tipos de acciones y estrategias. Estas pueden ser a nivel gubernamental, privado o individual, pero, la adaptación tiene que ocurrir en todos los niveles. Para analizar qué puedes hacer, el primer paso es estar atento a los riesgos alrededor de tu hogar y ser activo en los procesos de tu comunidad. ¿Cómo lo logras? De acuerdo con la guía del CCCPR:
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