La Asociación Americana de Diabetes promueve este enfoque que destaca la importancia de evitar la estigmatización
La Asociación Americana de Diabetes promueve este enfoque que destaca la importancia de evitar la estigmatización
En Puerto Rico, aproximadamente un 18 % de la población vive con diabetes, una enfermedad que presenta desafíos físicos y emocionales para quienes la padecen, sus familias y los profesionales de la salud. Dentro de este contexto, la comunicación es fundamental; no basta con informar: también es vital hacerlo con sensibilidad y empatía. Este enfoque, conocido como comunicación bondadosa, resulta esencial para un manejo más humano y eficaz.
La comunicación bondadosa va más allá de las palabras, pues se centra en la empatía, el respeto y la comprensión. Para las personas con diabetes, recibir mensajes de apoyo, en lugar de críticas, puede marcar la diferencia en cómo manejan su padecimiento. Este enfoque ayuda a reducir el estrés, mejora la adherencia a los tratamientos y facilita los cambios de estilo de vida necesarios para controlar la diabetes.
La Asociación Americana de Diabetes (ADA), que promueve este enfoque desde hace años, destaca la importancia de evitar la estigmatización. Según la ADA, tanto los profesionales como las familias deben usar un lenguaje que fomente la resiliencia y empoderamiento, en lugar de hacer sentir al paciente culpable. Un trato compasivo mejora la calidad de vida de las personas con diabetes y fomenta un entorno de apoyo.
Para los médicos, nutricionistas, educadores en salud y otros profesionales, es clave adoptar un lenguaje positivo y constructivo. Aunque el enfoque clínico es necesario, debe complementarse con la validación de las emociones del paciente. Decir: “Sé que estos cambios pueden ser retantes” o “Estás haciendo un gran esfuerzo” puede cambiar la interacción.
La diabetes requiere un manejo constante, lo que puede ser abrumador. Cuando los pacientes no alcanzan sus metas de control glucémico, es crucial no estigmatizarlos. En lugar de señalar errores, se debe reconocer el esfuerzo y alentar pequeños logros, creando un entorno de apoyo y motivación.
Las familias también juegan un papel importante. A menudo, las personas con diabetes sienten presión o temor de ser una carga para sus seres queridos. Aquí es donde la comunicación bondadosa puede aliviar esas emociones. Evitar comentarios controladores o críticos, como: “¿Por qué comes eso?”, y sustituirlos por “¿Cómo te sientes?”, o “¿Cómo puedo ayudarte?”, o “¿Por qué no preparamos juntos la comida?”, para crear una atmósfera más comprensiva.
Respetar la autonomía del paciente es clave. Aunque la familia tenga buenas intenciones, la persona con diabetes sigue siendo la principal responsable de su tratamiento. Ofrecer apoyo sin imponer permite que el paciente se sienta más motivado a trabajar con su salud de manera efectiva.
Un aspecto esencial de la comunicación bondadosa es la escucha activa. Escuchar para comprender, sin interrumpir y validar los sentimientos del paciente genera confianza y un ambiente de apoyo. Esta dinámica mejora no solo el manejo emocional de la diabetes, sino también su control en general.
La diabetes es un desafío constante, pero el apoyo adecuado puede marcar la diferencia. La comunicación bondadosa, tanto de los profesionales como de las familias, ayuda a las personas con diabetes a manejar su enfermedad con mayor confianza y menos estrés. Empatía, respeto y paciencia son claves para mejorar la calidad de vida de quienes viven con esta afección crónica.
La autora es comunicadora en salud y directora ejecutiva de la Asociación Puertorriqueña de Diabetes.
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