Los nuevos sensores ayudan a conocer la tendencia y a controlar más rápido la condición
Los nuevos sensores ayudan a conocer la tendencia y a controlar más rápido la condición
La diabetes se puede aprender a controlar y cada vez son más las herramientas que ayudan a los pacientes al manejo adecuado de su condición. Cuidarte y controlar tu diabetes te hará sentir mejor a corto y largo plazo, y a disminuir los riesgos de salud asociados. De ahí, la importancia de conocer los niveles de azúcar en la sangre.
De acuerdo con la endocrinóloga y especialista en síndromes metabólicos Paola Mansilla, la Asociación Americana de Diabetes (ADA) establece que los rangos de azúcar en la sangre deben estar entre 80 a 130 en la mañana y, después de las comidas, no deben pasar de 180. “Conocer la información ayuda a que, cuando el paciente observa que se pasó de 180, pueda evaluar lo que comió y hacer una mejor selección de sus comidas. Usualmente, cuando la glucosa está entre 80 a 130 en ayunas y en menos de 180 dos horas después de las comidas, quiere decir, que, en tu próximo análisis de sangre, tu glucosa estará en menos de siete y eso es lo que queremos”, destacó.
Mantenerse informado se logra con el monitoreo constante de la glucosa, según recomiende el médico o se presenten los síntomas. “Anteriormente, el paciente de diabetes se monitoreaba él mismo con unas lancetas, agujas u otros artefactos para medir los niveles de glucosa en la casa. En los últimos años, esto mejoró y ahora hay una tecnología donde el paciente, ya sea tipo 1 o tipo 2, puede utilizar monitores que se implantan de manera subcutánea”, informó, la doctora en farmacia y colaboradora de la Asociación Puertorriqueña de Diabetes (APD), Ileana Rodríguez Nazario.
Rodríguez Nazario mencionó que existen dos tipos de glucómetros, uno que se mantiene monitoreando constantemente y es recomendado para pacientes con diabetes tipo 1, que usualmente son niños y adolescentes que tienen que estar monitoreándose en ayunas y por las noches. El segundo tipo de monitor son los intermitentes. Estos se utilizan en adultos y entre sus desventajas están que no tienen alarmas ni se comunican continuamente, sino cuando el paciente lo solicita. Usualmente, este tipo de monitor intermitente se cambia cada catorce días, es menos costoso y ofrece datos de hasta ocho horas.
“El monitor que emite información constante es un beneficio adicional, porque, a través de alarmas, avisa al paciente cuando tiene un valor bajo de hipoglucemia o cuando le aumenta demasiado. Eso ayuda al paciente a que, continuamente, tenga un reporte que, además, le puede llegar a su médico y él puede ver cómo fluctúan los niveles de glucosa. Le permite observar qué es lo que hace que aumente o disminuya, por ejemplo, con el ejercicio o si está enfermo, además de saber, en tiempo real, en cuánto están sus niveles de glucosa”, añadió la también catedrática asociada de la Escuela de Farmacia del Recinto de Ciencias Médicas. Por consiguiente, estos glucómetros de alta tecnología y sensibilidad ayudan a que se pueda controlar al paciente más rápido.
“Se recomiendan para pacientes que tienen un régimen estricto de insulina, que son múltiples dosis al día o que tienen bombas de insulina, que, usualmente, son los pacientes con diabetes tipo 1. Sin embargo, también se pueden beneficiar los pacientes con diabetes tipo 2, que son los que la desarrollan en la adultez. Lo más importante del uso de los glucómetros es que el médico y el paciente tienen la información”, reiteró Rodríguez Nazario.
Por su parte, la doctora Mansilla coincidió con que, antes, los pacientes se tenían que pinchar en ayunas para monitorear el azúcar y dos horas después de las comidas. “A veces, se pinchaban hasta siete veces al día para poder saber cómo estaban los rangos del azúcar y si estaban estables. Ahora, el sensor ayuda a ver tendencias en el azúcar, conocer los bajones y subidas con el tipo de comida, y a detectar, por ejemplo, hipoglucemias en la noche con las alarmas”, informó. Además, aclaró que estos sensores son bien sensitivos y que lo importante es que el paciente conozca que va a tener una diferencia de lo que es el monitoreo capilar (por el dedo) a lo que es el monitoreo del sensor en el brazo. Puede haber una diferencia de 15 a 20 miligramos por decilitro y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprueba esa diferencia. “La medida capilar siempre es más sensitiva y específica que el sensor”, confirmó.
Todos los años, la Asociación Americana Diabetes hace actualizaciones sobre lo que se recomienda.
Usualmente, de primera línea, se utilizaba el medicamento metformina. La licenciada Rodríguez Nazario informó que, en los últimos dos años, las guías han cambiado y se le ha dado mayor importancia a otro tipo de medicamentos. Entre estos, mencionó los inhibidores o bloqueadores del cotransportador de sodio glucosa tipo 2 (SGLT2). “Este tipo de medicamento, usualmente oral, bloquea el que la glucosa se reabsorba en el cuerpo y aumenta las salidas. Esto ayuda a que la glucosa salga a través de la orina y a no retenerla. Esto es un beneficio porque, por ejemplo, en pacientes renales se ha visto que disminuye la progresión de la enfermedad, al igual que, beneficios en afecciones cardiovasculares”, explicó.
A tales efectos, un paciente que es diagnosticado con diabetes no necesariamente va a tener que utilizar metformina rápido. Se evalúan sus otras comorbilidades, cuáles son los factores de riesgo cardiovascular (infarto, derrame), se observa el cuadro y luego se determina cuál es el tratamiento más beneficioso.
También se utilizan los agonistas del GLP1, que es un péptido como si fuera glucagón, que trabaja con hormonas gastrointestinales que estimulan la secreción de insulinas. “Estos medicamentos son, en su mayoría, inyectables, retrasan el vaciado gástrico y aumentan la sensación de saciedad. Por lo tanto, brindan mayores beneficios y se prefieren en pacientes con condiciones cardiovasculares como fallo cardíaco, riesgo cardiovascular alto o enfermedad renal, para disminuir la progresión de estas afecciones”, detalló.
La doctora destacó que se observó que estas dos categorías de medicamentos tienen un beneficio en pacientes que son obesos o que tienen sobrepeso. Los agonistas del GLP1 (semaglutida, dulaglutida, liraglutida) son los que mayor beneficio presentan en cuanto a las funciones renal y cardiovascular. Estos vienen en varias formas y, recientemente, se aprobó el primer medicamento oral en esta clasificación.
“Estos tres medicamentos inyectables, como retrasan el vaciado gástrico y aumentan la saciedad, ayudan a que el paciente disminuya de peso. En un paciente con diabetes, obesidad u otros factores de riesgo cardiovascular se prefiere usar estos medicamentos, incluso, antes que la insulina. Por su naturaleza, la insulina puede hacer que el paciente aumente de peso o presente hipoglucemia, mientras que, este medicamento, puede tener un beneficio diario o semanal en los pacientes con diabetes tipo 2″, sostuvo.
Además, mencionó que esta categoría de medicamentos tiene una alerta que recomienda evaluar el historial médico y familiar del paciente con tumor de tiroides. Entre los efectos secundarios más comunes están la reacción en el área de inyección, náuseas o diarreas. De igual forma, se tienen que evaluar otros medicamentos o tratamientos que utilice el paciente. Por su parte, los inhibidores del SGLT2 (empagliflozina, dapagliflozina y canagliflozina) pueden tener un efecto de disminuir el peso intermedio, pero dependerá de las características del paciente. Estos tienen mayor evidencia de beneficio renal en los pacientes y también disminuyen el riesgo de las enfermedades cardiovasculares. Entre los efectos secundarios están orinar con bastante frecuencia y tener más sed, porque está eliminando la glucosa. Además, se reportó presión baja, aumento de potasio o mayor riesgo de infecciones de orina. “Siempre orientamos al paciente para una buena higiene y [que tome] mucha agua para prevenir estas infecciones”, dijo.
Además, la doctora Rodríguez Nazario anunció que hay un medicamento biológico monoclonal, que es inyectable una vez al día por catorce días, llamado teplizumab. Este se estudió en pacientes que tenían diabetes tipo 1 en etapa 2, especialmente, en niños mayores de ocho años, y busca disminuir la progresión y que el paciente no llegue a la etapa 3. También, en el 2020, se aprobó un medicamento que tiene tres ingredientes en una misma tableta y se observó que es efectivo para muchos pacientes con la glucosa descontrolada que no quieren administrarse un inyectable. Este ayuda al cumplimiento del paciente, porque ya no tiene que tomar tres tabletas.
Mientras los avances en la tecnología y en los medicamentos continúan, el paciente debe ser consciente de que es el primer responsable de cuidar su salud. Para cuidarse, debe mantenerse informado y tomar buenas decisiones sobre su diabetes todos los días. La combinación de monitoreo médico, cumplimiento con el tratamiento, una dieta sana, actividad física y cuidado de su estado mental aportan a sentirse mejor y evitar complicaciones.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
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