Reconoce los factores y alternativas saludables
Reconoce los factores y alternativas saludables
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad”. Partiendo de esta premisa, la doctora Annabelle Rodríguez, psiquiatra y directora médica del Hospital Menonita CIMA, explicó que “la salud mental no se limita a la ausencia de enfermedad, sino a que tengas una vida plena donde te sientas satisfecha en tu diario vivir”.
Rodríguez destacó que la predisposición en las condiciones de salud mental puede variar entre hombres y mujeres, según la condición. “En las mujeres, tenemos más predominio en lo que llamamos depresión o ansiedad, o en los síntomas de tristeza e inquietud, particularmente, los que tienen que ver con factores estresores externos” informó. De igual forma, la psiquíatra aclaró que, aunque se acostumbra a definir la depresión como equivalente a tristeza, es importante conocer que la tristeza es un solo un síntoma, entre otros, que puede ser parte de la depresión.
“Como psiquíatra, cuando hablamos de depresión, no se limita a la emoción de la tristeza, sino que está acompañada de otras características como pueden ser la dificultad para dormir o concentrarse, y pérdida del interés sexual o de las cosas que antes le gustaba hacer, entre otras”, aclaró. Conocer la diferencia ayuda a entender que, más allá de las predisposiciones genéticas o desbalances químicos, existen manifestaciones de depresión o ansiedad que se relacionan con eventos externos.
En el caso de las mujeres, ocurren más depresiones exógenas, que son las que responden a las expectativas de vida o roles que tienen. Incluso, el 70 % de las depresiones que sufren las mujeres suelen ser exógenas. Este tipo de depresiones se manifiestan más en las mujeres, mientras en los hombres se presentan más las endógenas o genéticas.
“La sintomatología de la depresión en las mujeres es por eventos externos. Las realidades de vida y las expectativas sobre la mujer la hacen más susceptible a sentir que no cumple con esas realidades o necesidades sociales, lo que la lleva a conflictos internos y aumenta la probabilidad o disposición de desarrollar síntomas depresivos o de ansiedad”, subrayó.
Entre los factores externos que influyen en la sintomatología de la depresión o ansiedad, la doctora añadió: la maternidad, los cambios de vida, la violencia doméstica, el nido vacío, los traumas sexuales y la desigualdad económica y social. De manera similar, existen situaciones de salud mental inherentes a las mujeres que responden a los desbalances hormonales como lo son: las depresiones posparto, la psicosis posparto o problemas de síndrome premenstrual (PMS). También, la bipolaridad y los trastornos alimentarios son más frecuentes en las mujeres. Según la especialista, las estadísticas reportan que una de cada cinco mujeres tiene un diagnóstico de salud mental en un momento dado.
“Existe una presión mayor en las mujeres jóvenes en asumir la responsabilidad de traer hijos al mundo, por la ventana de tiempo que tienen para ejecutar la maternidad a diferencia de los hombres. Entonces, se crea una disyuntiva entre la ilusión de su desarrollo profesional y la expectativa social de casarse, ser madre y tener una familia. Esas dos realidades paralelas muchas veces son difíciles de satisfacer”, explicó.
Además, socialmente, las mujeres reciben mensajes contradictorios entre presiones, retos de crianza, profesionales y económicos. “La mujer es más perfeccionista y cuidadosa, lo que la lleva a entrar en dinámicas autodestructivas, sienten que no han cumplido, que no están llenando las expectativas, que tienen algún defecto o problema”, explicó Rodríguez.
Por ende, la exhortación de la profesional es a entender los diversos estresores y saber que no reflejan debilidad de carácter ni que sea una persona que no puede manejar su vida. “Hay que quitarnos esa vergüenza y ese estereotipo de que buscar ayuda es una admisión de falta de destrezas, de fortaleza de carácter para manejar los problemas o de que estás alejada de la fe. Esos dos estereotipos son los impedimentos más grandes para que las personas busquen ayuda cuando saben que la necesitan: vergüenza de que no pueden bregar con los problemas y culpa por estar alejadas de la iglesia”, puntualizó.
“Hay que reconocer que estas cosas nos pasan. Ahí, yo me uno, como mujer, no para conformarnos, sino para buscar alternativas de solidaridad y apoyo. Entiendo la naturaleza de la ‘bestia’; podemos optimizar y tener mejor calidad de vida dentro de nuestras circunstancias”, concluyó la psiquiatra del Hospital Menonita CIMA.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
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