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La respuesta es sí: durante las investigaciones para reducir la mortalidad del SARS-CoV-2, se avivó el terror de la pandemia de sida, pero, igualmente, surgió la esperanza. Mucha de la investigación para desarrollar los primeros protocolos y, eventualmente, la vacuna contra el COVID-19, se adelantó, gracias a la historia del desarrollo de tratamientos para combatir el VIH.
El doctor Milton G. Garland, director médico de AIDS Health Foundation Puerto Rico concurre con esa respuesta: “La vacuna del COVID-19 permitió que los pacientes tuvieran una opción de prevención del virus que hoy aún no existe para el VIH”, comentó. Sin embargo, Garland enfatizó que, durante el período de la pandemia, el 56% de los nuevos casos fueron diagnosticados en la población de 25 a 44 años, seguido por los de 15 y 24 años. El 63.3% adquirió el virus por relaciones sexuales hombre-hombre y un 21.7% por contacto heterosexual” —por lo que, aseveró que hace falta más educación sobre prevención, incluyendo el uso de profilaxis preexposición (PrEP).
En cuanto a cómo la pandemia del COVID-19 afectó sus servicios clínicos, el galeno expresó que, en Puerto Rico, el acceso a servicios de telemedicina facilitó que la mayoría de los participantes mantuviera su ritmo de citas con su proveedor de cuidado clínico.
“La ininterrumpida disponibilidad de opciones para el cuidado de los pacientes a través de telemedicina y [encuentro] presencial les permitió a nuestros pacientes mantenerse adherentes al tratamiento y en el continuo de su cuidado”, enfatizó.
Finalmente, Garland resaltó que las campañas de educación masiva para mantener orientados a los pacientes de VIH sobre las medidas de protección y la adherencia a su tratamiento han funcionado, según las estadísticas.
“Sin embargo, las prácticas sexuales no han tenido cambios durante la pandemia, así que es muy necesario hacerse la prueba para detectar el VIH por lo menos una vez al año”, concluyó.
Aún estamos aprendiendo acerca del COVID-19 y cómo afecta a las personas con VIH. Con base en los datos limitados, creemos que las personas con el VIH que están bajo un tratamiento eficaz para el VIH tienen el mismo riesgo de infectarse por COVID-19 que quienes no tienen el VIH.
Los adultos mayores y las personas de cualquier edad con afecciones subyacentes graves podrían tener mayor riesgo de enfermarse gravemente. Esto incluye a las personas con el sistema inmunitario debilitado. El riesgo de que las personas con VIH se enfermen gravemente es mayor en:
En ocasiones, es más probable que las personas con VIH necesiten más ayuda que otras, ya sea de parte de amigos, familiares, vecinos o trabajadores de salud comunitarios, entre otros.
Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés)
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