Para Carmen Zoraida Claudio, presidenta y propietaria de Thomas Alva Edison School, en Caguas, “el cambio es la orden del día”
Para Carmen Zoraida Claudio, presidenta y propietaria de Thomas Alva Edison School, en Caguas, “el cambio es la orden del día”
La pandemia del COVID-19, definitivamente abrió el espacio a la adaptación, llevando a repensar procesos, sistemas y técnicas ofrecidos durante años dentro del sistema educativo del país. Ha sido un período que sirvió para dar continuidad y que los estudiantes no perdieran el pan de la enseñanza.
Para Carmen Zoraida Claudio, presidenta y propietaria de Thomas Alva Edison School, el período pandémico fue uno de ajuste en donde las escuelas preparadas con la tecnología necesaria se adaptaron rápidamente, minimizando el impacto en el proceso educativo. Sin embargo, en donde sí observó un impacto notable fue en la salud mental de la comunidad escolar lo que, en el caso del colegio que dirige, llevó a modificar drásticamente el modo de acercarse a los estudiantes.
Utilizando el modelo conocido como Positive Behavioral Interventions and Support (PBIS), le permitió tener un acercamiento diferente a la población escolar. La facultad celebró asambleas para observar e identificar las necesidades de los estudiantes para crear actividades que fomenten el bienestar, el sentido de logro, la socialización, la capacidad de servicio a poblaciones desventajadas, y el llamado al liderazgo y a la resiliencia, entre otros.
“Uno de los retos, tanto en la modalidad virtual como la presencial, fue la exposición a los medios cibernéticos, con los riesgos que esto conlleva. Los estudiantes estuvieron expuestos a material educativo mientras tomaban sus clases virtuales, pero también a material no adecuado para su edad y nivel de desarrollo. Esto conllevó implantar estrategias que fueran efectivas para educarles sobre el uso de las redes sociales y la Internet, y sus riesgos, revisar nuestras políticas para atemperarlas a este nuevo escenario, y concienciar y ofrecer a los padres talleres sobre maneras de supervisar y controlar estos medios que han estado al alcance directo de los estudiantes”, añadió.
La educadora, quién lleva más de 40 años trabajando en el magisterio, mencionó algunos de los ajustes que tuvieron que realizar para continuar ofreciendo sus servicios a la comunidad escolar, entre estos: comunicarse continuamente con los padres sobre todos los cambios y orientarles sobre la forma en que serían parte de la educación de sus hijos; adiestrar en poco tiempo a los padres y a los estudiantes sobre el uso de la tecnología en educación virtual, y garantizar que se les ofreciera a los estudiantes los servicios disponibles de apoyo estudiantil de parte de la Decana de Estudiantes, la Consejera y la Enfermera.
Otro de los renglones en los que tuvo modificaciones fue el área del acomodo razonable que necesitan ciertos estudiantes. “Tenemos estudiantes que requieren cierto acomodo en su aprendizaje, mayormente de tiempo extra para realizar sus tareas y una mayor atención directa, aunque no individualizada. Ya teníamos identificada a esa población, sin embargo, la necesidad de acomodos aumentó. Esto fue un reto, por estar a nivel virtual y no presencial. Pero, como ya teníamos un plan trazado -lo que nos ayudó-, los estudiantes fueron regresando paulatinamente, lo que permitió atenderles y ayudarles a adaptarse de nuevo a la rutina escolar”, añadió Claudio.
Igualmente, tanto la facultad como el estudiantado estuvieron inmerso en establecer un el balance entre la excelencia educativa, la flexibilidad necesaria en la instrucción, la salud y la seguridad en el ambiente escolar. Claudio hizo referencia a estudios realizados a nivel mundial en donde, para abordar este gran reto, el sistema PBIS permite atender la salud mental de la comunidad escolar con estrategias altamente estructuradas para todos los grados.
De los mayores consejos que puede ofrecer al magisterio, así como a los estudiantes y padres es considerar que el cambio es la orden del día. “Debemos prepararnos para nuevos escenarios en el que eventos inesperados de todo tipo pueden ocurrir. Es indispensable estar preparados para repensar y evaluar nuestro estado actual; que la comunidad esté unida con un fin común. Mantener una comunicación continua con toda la comunidad escolar es indispensable. Nada se deja para mañana, el momento para generar el cambio es hoy”, puntualizó.
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