SBA brindó préstamos, incentivos, subvenciones, alivios y condonaciones de empréstitos a negocios e instituciones sin fines de lucro impactados por la pandemia
SBA brindó préstamos, incentivos, subvenciones, alivios y condonaciones de empréstitos a negocios e instituciones sin fines de lucro impactados por la pandemia
“SBA ha sido un héroe anónimo en la recuperación económica de Puerto Rico tras la pandemia de COVID-19″, manifestó Josué Rivera, director de distrito de Puerto Rico e Islas Vírgenes de la Agencia Federal de Pequeños Negocios (SBA, por sus siglas en inglés).
La emergencia sanitaria, que comenzó en marzo de 2020 y redundó en meses de confinamiento y la paralización de gran parte de la actividad comercial, puso a muchos negocios en serios aprietos económicos. Como parte de las ayudas que ofrece a pequeñas empresas para comenzar, crecer, expandir, exportar y recuperarse de desastres, SBA brindó préstamos, incentivos, subvenciones, alivios y condonaciones de empréstitos a negocios e instituciones sin fines de lucro impactados por la pandemia.
“Pusimos $7,000 millones en las manos de pequeños negocios, lo que les proveyó la oportunidad de seguir adelante”, informó Marlene Cintrón, administradora regional de SBA. “El impacto fue tan grande que la inflación no llegó a Puerto Rico tan ligero como a Estados Unidos continental”.
A modo de ejemplo, Rivera mencionó que en la isla se aprobaron 70,197 Préstamos de Protección de Pago (PPP, en inglés) que ascendieron a un total de $2,777 millones, de los cuales $2,753 millones fueron condonados. Además, se otorgaron sobre $4,129 millones en Préstamos por Daños Económicos por COVID-19 para un total de 30,112 préstamos aprobados. Esto fue posible gracias a la colaboración de las instituciones financieras principales, bancos y cooperativas. Los PPP tuvieron el propósito de ayudar a las empresas a mantener empleada a su fuerza laboral durante la crisis de COVID-19. Según el Informe de Empleos, los PPP salvaron sobre 578,203 empleos.
SBA también otorgó $50.8 millones en préstamos y otras ayudas a viviendas y negocios impactados por los terremotos de 2020, así como otros $112 millones a los afectados por el huracán Fiona, indicó Rivera. Añadió que esta última cifra podría aumentar, ya que aún hay tiempo (hasta el próximo 21 de junio) para solicitar préstamos de desastre por daños económicos provocados por el huracán Fiona. Estas ayudas de SBA no solo resultan útiles para fomentar la recuperación de los negocios, sino que también puede posicionarlos para, eventualmente, certificarse y convertirse en licitadores del gobierno federal, que cuenta con un presupuesto que excede los $500,000 millones anuales para compras y contrataciones.
De acuerdo con Cintrón, la pandemia sacó a relucir la necesidad de que más bienes se manufacturen en Estados Unidos y Puerto Rico. “A nosotros, en SBA, nos toca ayudar a las pequeñas empresas para que, cuando el país necesite productos y servicios, ellos estén listos. Para eso, la capacitación es sumamente importante”, aseguró.
Además de fomentar que se fabriquen más bienes en Estados Unidos y Puerto Rico, las iniciativas para que más negocios locales se vuelvan licitadores federales abonarán a que se quede en la isla una porción mayor del dinero que está enviando el gobierno estadounidense para trabajos relacionados con la reconstrucción tras los huracanes de 2017 y los sismos de 2020.
Por otro lado, el acceso a estas ayudas ha hecho que negocios que, tal vez, mantenían una situación legal irregular se legalicen. En todo Estados Unidos, SBA ha recibido 10.5 millones de solicitudes de nuevos negocios. Rivera observó que un incremento en empresas poniéndose al día para solicitar ayudas “redunda en mayores aumentos en recaudación de impuestos, que ha exhibido cifras récords en los últimos años”.
El incremento en solicitudes de nuevos negocios también pudiera deberse a que, durante la pandemia, individuos que antes eran asalariados optaron por trabajar por cuenta propia. “Hay muchos que en la pandemia ya no querían trabajar para otro y han empezado a establecer pequeños negocios a niveles extraordinarios e históricos”, dijo Cintrón.
Los negocios se enfrentan a una economía caracterizada por la inflación, que en Estados Unidos se situó en 5 % para los doce meses que culminaron en mayo pasado, según el Departamento del Trabajo federal. En una economía saludable, expertos recomiendan que la inflación ronde el 2 % al año. Otro tema que ha impactado la economía lo es la tasa de interés, que la Reserva Federal de Estados Unidos ha aumentado gradualmente, de 0.75 % en mayo de 2022 a 5 % en mayo de 2023, en un intento de frenar la inflación. Esto tiene el efecto de encarecer el crédito.
Aun así, Rivera y Cintrón ven el futuro con optimismo. “Creo que el último aumento a la tasa de interés ya ocurrió y que luego van a empezar a bajar”, opinó Cintrón y añadió: “Además, el gobierno federal está haciendo llegar a Puerto Rico millones de dólares para infraestructura. Se van a reclutar trabajadores en la isla y se van a comprar materiales en Puerto Rico. Nuestras pequeñas empresas pueden posicionarse para capturar parte de ese dinero en contratos”.
“Aun con la merma en población, en Puerto Rico tenemos una baja tasa de desempleo y un aumento en la cantidad de negocios, aun sin bajar el costo de la luz y de hacer negocios”, resaltó Rivera. “Cuando esos factores empiecen a cambiar, sin duda el optimismo va a abrazar a Puerto Rico”.
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