Desde los más pequeños hasta las mujeres embarazadas, muchos están a riesgo
Desde los más pequeños hasta las mujeres embarazadas, muchos están a riesgo
La diabetes mellitus es una condición crónica en la cual el páncreas (el órgano productor de insulina), produce muy poca o ninguna insulina o nuestros tejidos son resistentes a esta.
La insulina nos permite utilizar la glucosa como fuente de energía. Ciertos defectos en la producción de la insulina pueden causar un aumento en los niveles de glucosa en el torrente sanguíneo que nos llevan al desarrollo de la diabetes mellitus.
Los niveles elevados de glucosa pueden causar daño a largo plazo en nuestras arterias pequeñas y arterias grandes. Estos daños o complicaciones de la diabetes pueden ser:
Existen dos tipos principales de diabetes mellitus: diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2. Además, existe la diabetes gestacional (durante el embarazo) y otros tipos de diabetes causados por defectos genéticos o secundarios a otras condiciones médicas.
Este tipo de diabetes es causado por una reacción autoinmune, en donde el cuerpo ataca a una parte de sí mismo por medio de anticuerpos que van dirigidos al páncreas, causando la pérdida total de la producción de insulina.
Aproximadamente, del 5 al 10% de los pacientes con diabetes tienen diabetes tipo 1. Este tipo de diabetes no se puede prevenir. Usualmente, el diagnóstico se realiza en niños o adolescentes que pueden tener otras condiciones autoinmunes añadidas.
Los síntomas de esta diabetes se pueden desarrollar rápidamente, necesitando tratamiento en el hospital. Debido a la total ausencia de insulina, el tratamiento consta del uso de múltiples insulinas subcutáneas o tratamientos innovadores como un infusor de insulina, mejor conocido como “bomba de insulina”.
La bomba de insulina requiere el uso concomitante de un glucómetro o de un monitor continuo de glucosa, y del conteo de la cantidad de carbohidratos que se consumen para que esta libere insulina según sea requerida por el paciente.
La diabetes tipo 2 está asociada a la resistencia a la insulina y aunque el páncreas produce insulina, la cantidad no es suficiente para mantener niveles adecuados de glucosa en el torrente sanguíneo.
Algunos factores de riesgo para desarrollarla son:
Cerca del 90 al 95% de los pacientes con diabetes tienen diabetes tipo 2. El diagnóstico, usualmente, es en pacientes adultos, pero debido a la alta incidencia de obesidad en los niños, hemos visto que el diagnóstico puede ser a edades más tempranas. Por esto, se recomienda realizar una evaluación a todo paciente mayor o igual de 35 años o antes si tiene factores de riesgo y está sobrepeso.
Una vez realizado el diagnóstico, se conoce que ha ocurrido aproximadamente una pérdida del 50 al 80% de la función pancreática, la cual continúa reduciéndose durante el curso de la enfermedad. Por esta razón, debemos tener un control temprano, para evitar mayores complicaciones a largo plazo.
Es importante entender que, en muchos pacientes, los síntomas están ausentes y por esto se debe buscar una evaluación si presentan algunos de estos factores de riesgo.
El tratamiento es individualizado. Muchos de los medicamentos existentes han probado beneficios en la reducción de peso, y la prevención de deterioro renal, cardiovascular y cerebrovascular.
El tratamiento consta de medicamentos orales, medicamentos inyectables con beneficio en la disminución de peso y uso de insulina, entre otros.
Ya que la diabetes tipo 2 es progresiva, eventualmente, todo paciente podría requerir el uso de insulina diaria.
La diabetes gestacional se desarrolla en mujeres embarazadas que nunca han tenido un diagnóstico de diabetes.
Las pacientes embarazadas deben ser evaluadas, ya que esta diabetes puede tener efectos adversos en el desarrollo de su bebé.
La diabetes gestacional desaparece una vez nace el bebé, pero se convierte en un factor de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2. Por esta razón, se recomienda realizarse una prueba diagnóstica de 4 a 12 semanas después de nacer el bebé.
La diabetes, principalmente la diabetes tipo 2, es una condición de alta incidencia en nuestra sociedad. Una buena alimentación y ejercicio desde temprana edad son las herramientas más importantes para prevenir esta condición.
La evaluación multidisciplinaria es necesaria para el beneficio del paciente a largo plazo e incluye al médico primario, al endocrinólogo (especialista en diabetes), a la nutricionista y al educador en diabetes, entre otros.
Si tienes 35 años o más o estás sobrepeso, debes buscar una evaluación para la diabetes con tu médico primario o especialista de la diabetes.
El autor es endocrinólogo.
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